Artículo escrito por Jesús Kuicast, en «Helios y Sapientia», el pasado 24 de enero de 2015.
Ilustres, pacientes y fieles lectores, un día me hallo colmado de heroicas fuerzas en aras de proseguir con mi ardua labor articulista. Soy plenamente consciente de que cada día se incrementa el número de lectores que nos apoyan, pues se han percatado de la hermosa luz que irradia cada escrito de este humilde portal. No obviaré que los fanáticos e intransigentes también han ganado terreno, pues nos encontramos en un periodo crucial en la historia de España. Los idealistas hipócritas en contra de los realistas honrados, una realidad lamentable pero cierta. Queridos lectores, el tema que hoy me concierne es polémico en grado sumo, mas ha arribado la hora de abordarlo sin «pelos en la lengua». Sin más dilación procederé con el asunto que me ha sido encomendado en el día presente: E.T.A, los mayores enemigos de Euskadi.
Desde antes del fallecimiento del general Franco, inició su atormentada andadura por el sendero del mal, el grupo de malnacidos que se hacían llamar «Euskadi ta Askatasuna», que traducido al castellano significa: Euskadi y libertad. Un grupo de fanáticos sin escrúpulos que mantuvieron sumida en el terror a Euskadi y al resto de España. Los artífices del cruel atentado contra el político Luis Carrero Blanco. Un día, al salir de misa, la ordenada vida de Carrero Blanco llegó a su término debido a la voluntad de terroristas despiadados, sedientos de venganza. Cuando Franco murió, y tuvo lugar la transición, algunos españoles pensaron que la banda terrorista abandonaría las armas y se disolvería, en aras de introducirse en el sistema, e intentar luchar por sus ideales de una forma moral y legal. Sin embargo esto jamás sucedió, pues los que se declaraban «guerreros de Euskal Herria» tomaron la firme determinación de declarar la guerra al estado español, así como a todo aquel que disintiera de la ortodoxia radical vasca. Transcurrieron las décadas y los secuestros y asesinatos no cesaron. El padre del célebre cantante Julio Iglesias fue secuestrado por los carniceros vascos, mas tuvo la suerte de salir con vida de este rapto. Guardias civiles, políticos y civiles murieron como mártires de la paz y la libertad. Un total de 829 individuos han sido aniquilados por los sanguinarios extremistas vascos.
Durante la friolera de 532 días, fue recluido en un zulo húmedo y de dimensiones claustrofóbicas, el funcionario de prisiones y militante del Partido Popular, José Antonio Ortega Lara. Tras ser rescatado por la guardia civil y liberado de tamaño infierno, ETA asesinó una semana después a Miguel Ángel Blanco. Todos recordaremos aquel trágico episodio en el que Miguel Ángel Blanco, concejal del Partido Popular en la localidad vizcaína de Ermua, fue secuestrado y posteriormente asesinado a balazos a sus veintinueve años de edad. Este crítico episodio fue la gota que colmó el vaso, España entera salió a las calles para manifestar su absoluto y total rechazo a la banda terrorista ETA. Conformada por pistoleros sin escrúpulos en una lucha utópica por conseguir la independencia de Euskadi, y establecer una dictadura comunista. El Partido Popular luchó ferozmente contra esta mafia vasca, hasta el punto de casi aniquilarla por completo, mas las actuaciones de otros partidos políticos dificultaron la erradicación total de la banda. Seré claro: cuando ETA estaba casi acabada, el Partido Socialista Obrero Español cedió ante la panda de asesinos para entablar un «diálogo», con el objetivo de alcanzar la paz. El presidente José Luís Rodríguez Zapatero se equivocó, como en infinidad de cosas más. Con los terroristas no se dialoga, se combate. Esto tenían que haberle aconsejado al insulso y necio de ZP. Las políticas antiterroristas de Aznar fueron eficaces y adecuadas. Sin embargo las de Zapatero fueron todo lo contrario.
Actualmente parte de la banda armada se ha transformado en un grupo político repulsivo, denominado «Bildu», que ha logrado cosechar suficientes votos para instaurarse en las instituciones vascas. Una vergüenza nacional e internacional, pues, ¿cómo aquellos que han pertenecido a semejante secta asesina pueden estar gobernando ayuntamientos y diputaciones?,¿es justo que no sean sancionados por ni siquiera reconocer que ETA ha sido un cáncer para España?,¿dónde está el respeto a las víctimas de sus delirios fanáticos?,¿anhelan la resolución del conflicto vasco sin la más mínima intención de reconocer que han sido unos verdugos malvados? Para más inri, hace escasos meses se interceptaron pruebas que revelaban posibles indicios de que la supuesta extinta banda criminal se estaría rearmando. Deseo y espero que todo el peso de la justicia terrenal y divina caiga sobre estos desalmados, enemigos de la libertad, amantes de la crueldad.
Me solidarizo con la AVT (Asociación de víctimas del terrorismo). Y comprendo su indignación por las últimas políticas antiterroristas llevadas a cabo por el Partido Popular. Los extremistas vascos deben ser perseguidos y controlados. Toda persona o partido político que simpatice con ETA, debe ser inmediatamente sancionado.
«Los terroristas deben ser privados del oxígeno de la publicidad del que dependen». Margaret Thatcher.
«Más vale ser un liberal fanático que un terrorista disimulado.» Federico Jiménez Losantos.
Artículo escrito por Jesús Kuicast.
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