Hoy Montse, nuestra viajera ha decidido conocer y que conozcamos, a través de sus propias vivencias, uno de los pueblos más bonitos de Castilla la Mancha, Belmonte, situado en la comarca de la Mancha Baja. Se han encontrado varios restos arqueológicos en el municipio, uno de ellos en la Colegiata que atestiguan población visigoda, pero las primeras crónicas son de principios del siglo XIII.
Uno de los principales atractivos de Belmonte, es su patrimonio propiciado por los señores de Belmonte desde el siglo XV, sobre todo a la familia Pacheco. Tal era el poder de D. Juan Pacheco que quiso dejar constancia de su marquesado dotando a la villa de grandes construcciones como el Castillo, la Colegiata, la Muralla, Palacios, Conventos, Colegio Jesuitas y otras tantas edificaciones. Vamos a ir descubriendo esta preciosa villa, comenzamos.
Llegamos sobre las 12:30h y aparcamos el coche en la Plaza Ruperto Jurado con parking gratuito. Al lado, en la calle Arquitecto Sureda, se encuentra la Puerta de Almudí con el Cristo de los Ausentes en las alturas. Su nombre viene por estar junto al Pósito, una casa de piedra aneja destinada a mantener acopio de granos, principalmente de trigo y prestárselos a los agricultores cuando las cosechas eran escasas.
Atravesada la puerta amurallada, giramos a la izquierda por calle Lucas Parra.
Continuamos por calle Padre Domingo y llegamos a la Plaza Mayor donde se encuentra el bonito Ayuntamiento con su torre del reloj.
En la misma plaza, también llamada Plaza del Caudillo, se encuentra esta estatua dedicada a Fray Luis de León, Maestro Agustino.
Plaza Mayor o Plaza del Caudillo.
Al lado, en la calle Juan Pacheco se encuentra el Convento de las Concepcionistas. El convento fue fundado en 1581, pero hasta 1584 no fue utilizado hasta que llegaron cuatro religiosas del convento de la Concepción de la ciudad de Cuenca. Anteriormente había sido Casa de la Santa Inquisición, por lo que las monjas debían de pagar a la inquisición 8 libras de anises. La puerta mayor del convento es del siglo XVII, con arco de medio punto, enmarcado con pilastras.
Continuamos paseando por sus bonitas calles.
Llegamos a la impresionante Colegiata San Bartolomé Apóstol. Fue mandada construir en 1459 por D. Juan Pacheco sobre la antigua Iglesia de Belmonte. Realizada para ser lugar de enterramiento del Marqués de Villena según puso en su primer testamento, más tarde lo cambió y dispuso ser enterrado en el Monasterio de El Parral en Segovia donde se encuentran sus restos.
No la visitamos por dentro. Pero desde aquí se obtienen unas fantásticas vistas al castillo y parte del pueblo.
Detrás de la colegiata, se encuentra el Palacio Infante Don Juan Manuel Hotel Spa, entré y pregunté a la recepcionista si podía visitarlo y me dijo que sí, estaba yo sola junto con ella, no vi ni clientes ni más trabajadores. El interior es una auténtica joya con restos arqueológicos.
El palacio fue construido para ser una Venta Del Quijote que diera hospedaje a los viajeros de la ruta. Se encuentra en lo que antaño fue la primera fortaleza de Belmonte, convertida en monasterio en el siglo XIV. Fue residencia de la familia Pacheco y Convento de Dominicas en 1499. Destacable su patio interior plateresco de doble arcada y el salón regio, que pasó a ser utilizado como iglesia conventual. El Convento de Santa Catalina fue habitado con este fin hasta 1960 donde las monjas se dedicaban a la enseñanza de primaria.
En el palacio, junto a la muralla que lo rodeaba, fue fusilado en 1811 el guerrillero Francisco Sánchez , el «Tío Camuñas» por las tropas napoleónicas durante la Guerra de la Independencia. Sus restos descansan en la Colegiata. Se levantó una cruz en Honor a los Caídos que también honró a los caídos de la Guerra Civil. Sin duda, el lugar merece una visita aunque no estés alojado en el hotel, es muy bonito y está todo impecable.
Salimos del palacio y bordeamos la Colegiata.
Vistas del campanario de la Colegiata desde la calle Eugenia Pérez.
Llegamos a la Plaza del Pilar donde todavía quedan resquicios del pasado como esta maravilla de casa, su fuente y soportales.
Una de las mejores vistas al castillo son desde esta plaza.
En la plaza se encuentra la Parroquia de la Santísima Trinidad. Mandado construir por D. Juan Pacheco como edificio religioso a mediados del siglo XVI aproximadamente en 1472, posteriormente en el siglo XVII se hace reforma y queda como parte de un conjunto conventual formado por convento e iglesia, esta última se caracteriza por su estilo barroco. Siendo en la actualidad dicho convento, el Centro Médico de la localidad y parte de ella es parroquia
Detrás de la parroquia se encuentra la estatua del sacerdote D. Joaquín Poveda Sánchez.
Seguimos por calle Chinchilla donde se encuentra otra de las entradas del recinto amurallado, Puerta de Chinchilla con dos torreones de 1456.
En la calle Isabel I de Castilla se encuentra la Ermita de San Antón y Santa Lucía. Está construida sobre una antigua mezquita árabe, donde en los siglos XIV, XV y XVI se situaba el barrio de la morería. Su orientación y su pequeño arco de herradura, hace pensar que pueda tratarse de una pequeña mezquita. La sencilla portada de piedra de sillería está adintelada y contiene una pequeña hornacina en la parte superior central. Sobre el campanil se sitúa una veleta referida a San Antón, patrón de los animales, en la que un perro le está comiendo el rabo a un cerdo
Calles con nombres de personajes ilustres de la época.
Detalles bonitos
Bonitos y modernos edificios con soportales en calle Lucas Parra, detrás de la Parroquia Santísima Trinidad.
En la calle Elena Osorio se encuentra la Oficina de Empleo, antigua Casa-Palacio de los Baillo con su fachada blasonada del siglo XVII o algo posterior en estilo barroco, interesante también su interior con vigas de madera.
En la calle Los Tintes se encuentra la antigua Puerta de la Estrella que da acceso a la Plaza N.S. de la Estrella.
Continuamos hasta el Paseo Virgen de Gracia donde se encuentra la ermita del mismo nombre. Aquí se encuentra la Patrona de Belmonte. Construida en el siglo XIII, pues ya existe constancia documentada de que la ermita fue reedificada por la Casa de Villena y por don Juan Fernández Pacheco, personaje al que el rey Enrique III le concede el Señorío de Belmonte en 1398.
Monumento de cruces enfrente de la ermita.
Nos vamos con el coche al Castillo de Belmonte para rematar nuestra visita. Aparcamos en la gran esplanada que hay junto a la puerta principal y allí mirar que monería de gatito nos encontramos.
La primera visión del castillo es espectacular y está super bien conservado, vamos hacer un poco de postureo con mis perritas
El Castillo se mandó construir en 1456 en el Cerro de San Cristóbal y es de estilo gótico con elementos mudéjares y platerescos. Fue declarado en 1932 Monumento Nacional.
Actualmente, el castillo es de propiedad particular y pertenece al Duque de Peñaranda, la familia llegó a un acuerdo de cesión de 75 años. Su interior está completamente rehabilitado y puede ser visitado, nosotros no lo visitamos porque con las perras no podíamos y por no dejar a mi marido solo tanto tiempo pues yo tampoco entré, si hubiese hecho buen tiempo pues sí, porque el se queda fuera jugando por los alrededores del castillo con las perras, pero el día estaba nublado y con frío, no era plan. También organizan todo tipo de eventos. El Castillo de Belmonte es desde el 2014 sede central de las prácticas nacionales de la Liga de Combate Medieval. El castillo tiene forma de estrella y en cuanto a estructura militar, no hay otro en España de este tipo. Fue cárcel de las tropas napoleónicas durante la Guerra de la Independencia y residencia de la Emperatriz de Francia, Eugenia de Montijo. Se utilizó como convento de frailes dominicos cuando se marchó la emperatriz y de nuevo cárcel de la Guerra Civil, también fue Sede del Frente de Juventudes durante el franquismo. Ha sido escenario de varias películas, entre ellas «El Cid» y «El Caballero Don Quijote».
Las vistas del pueblo desde aquí son preciosas
Mi Samba y mi Rumba también hacen postureo, ya viene de familia, jajajajajaja, además son muy buenas modelos
Aquí el bocado que le dio el lindo gatito a mi marido al intentar cogerlo y eso que era cachorro
Otras panorámicas del lado del castillo y parte del pueblo.
Cogemos el coche y paramos en calle Eugenia de Montijo casi al final para hacer otras panorámicas del castillo y la Torre Albarrana.
Cogemos el coche y nos despedimos del pueblo y su castillo pero todavía nos falta por conocer otro de los monumentos de la localidad, sus molinos. Se encuentran en el Camino Eras, a las afueras del pueblo. Los típicos molinos de viento manchegos, se encuentran todavía en pie y en buen estado de conservación. El más famoso de todos es el Molino “El Puntal”, que conserva toda su maquinaria original y al cual se le puede ver alguna vez realizando una molienda tradicional. En su interior se puede visitar una exposición de tejas. Nosotros no lo vimos porque estaba cerrado, pero las vistas desde aquí son preciosas.
Merece mucho la pena venir hasta aquí bien en coche o si quieres hacerte la ruta no están muy lejos. El entorno es maravilloso pese al frío y el nublado que le da un toque precioso a las fotos.
Hay tres molinos que visitar, si vienes con mascotas como nosotros, es un lugar ideal para que corran un rato.
Hasta aquí esta bonita visita de 3h a uno de los pueblos más bonitos e interesantes de Castilla la Mancha
TEXTO Y FOTOS: Montse Cascales