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Antonio Mancera Cárdenas, guardia civil retirado, nos hace llegar este artículo de opinión acerca de la posible campaña de desprestigio llevada a cabo por el diario nacional «El País» contra la Guardia Civil.

Esa era la noticia que aparecía el lunes 18 de enero en la página de «Dialogo Libre».

Desde entonces me siento ofendido, no indignado que de eso ya estaba antes y mucho, pero ahora además estoy ofendido, porque yo soy Guardia Civil, retirado por un accidente en acto de servicio pero Guardia Civil, y tengo la fea costumbre de cuando atacan a la Guardia Civil me siento atacado personalmente.

No es la primera vez que se ataca a la Guardia Civil, y no es la primera vez que lo hace este periódico, tengo la impresión de que cuando algo huele a podrido en este país, da igual la época o el motivo, para enmascarar ese olor a podredumbre, se recurre a intentar envilecer a aquellos que mejor vistos y menos podridos están.

Lo peor es quien lanza la campaña, el diario «El País», al que se le ha cogido en alguna que otra mentira, en algún que otro montaje, partidista y dado a contar solo las noticias que interesa a sus valedores, es decir sin credibilidad ninguna, pero para mas inri, ahora además de dar noticias sesgadas sobre la Guardia Civil, nos quieren cambiar la historia, la de España y la nuestra y claro hasta aquí podríamos llegar.

No se que columnista de ese medio fue el que comentó los sucesos de Casas Viejas (Cádiz), el pasado día 12 de enero con motivo del 80 aniversario de los hechos, cargando de forma torticera y sesgada contra la Guardia Civil, ya que según este iluminado fue la Guardia Civil la encargada de sofocar a los anarquistas sublevados, cometiendo una verdadera caza al hombre, una mentira mas de este periódico, que no duda en omitir datos para que quien no conozca estos sucesos, llegue a creer que lo narrado en el diario El País es la única verdad. Pero se da la circunstancia de que los hechos están más que documentados por la prensa de la época, y los hechos documentados son los siguientes:

«En la mañana del 11 de Enero de 1933, anarquistas junto a jornaleros del pueblo de Casas Viejas, cortan las líneas telefónicas y telegráficas y abren zanjas en las carreteras, para dejar incomunicado el pueblo. Concentrados en la plaza destituyen al alcalde Juan Bascuñana, de filiación republicano-radical, diciéndole: «vete a decirle a la Guardia Civil que se ha proclamado el comunismo libertario y que todos somos iguales.» El sargento de la Benemérita respondió: «He jurado fidelidad a la República y la defenderé hasta morir.»

El Comandante de Puesto era el sargento Manuel García Álvarez, de 45 años de edad y que se había hecho cargo del mismo tan sólo un mes antes. Los guardias eran Román García Chuecos, natural de Lorca, de 32 años, Pedro Salvo Pérez, hijo de un sargento del Instituto, nació en la población gaditana de San Roque, también de 32 años y Manuel García Rodríguez, del que se desconocen sus datos. La casa-cuartel, donde además de los guardias vivían sus familias, se vio cercada y tiroteada por unos 200 campesinos armados de escopetas y hoces, que acababan de proclamar el comunismo libertario. La exigua fuerza del puesto se defendió disparando sus fusiles máuser desde las ventanas. En el intercambio de disparos resultaron gravemente heridos en la cabeza el sargento García Álvarez que moriría al día siguiente y el guardia García Chuecos, que fallecería igualmente dos días después, mientras que los otros dos guardias fueron heridos de carácter leve.

A las dos de la tarde del 11 de enero, un grupo de doce guardias civiles al mando del sargento Anarte llegaron a Casas Viejas, y liberaron a los compañeros que aún permanecían en el cuartel, huyendo los autores de los disturbios unos al monte y otros se escondieron en casas y chozas de la localidad.

Hacia las dos de la madrugada llegó una compañía formada por noventa guardias de asalto y guardias civiles al frente del capitán de la Guardia de Asalto, Manuel Rojas Feijenspan. Distribuyó Rojas a las fuerzas para atacar a la choza del «Seisdedos», donde se habían encerrado y localizado algunos de los rebeldes, que además habían tomado como rehén al Guardia de Asalto Martín Díaz, que poco antes había caído herido por los disparos de los anarquistas parapetados en la choza, al intentar parlamentar con ellos. En este momento se presentó el delegado del gobernador de Cádiz, Fernando Arruinaga Martín-Barbadillo, portando un mensaje que decía: «Es orden terminante del ministro de la Gobernación se arrase la casa donde se han hecho fuertes los revoltosos.»

El capitán Rojas hizo preparar unas piedras envueltas en algodón impregnado de gasolina extraída de los coches, prendiendo fuego en la choza inmediata a la del «Seisdedos» y rápidamente el fuego se extendió a la techumbre de paja donde estaban los rebeldes, resultando muertas 8 personas, además del guardia de asalto Martín Díaz, habiendo resultado heridos otros cuatro guardias más».

Y estos son los hechos documentados, con nombres, fechas, horas y datos concretos para que el columnista de El País se entere, si es que quiere o le interesa, es decir la orden procedía directamente del propio Gobierno de Azaña, que intentaba dar un escarmiento y parar la rebelión, el oficial que ejecutó al pie de la letra la orden dada por el gobierno, no pertenecía a la Guardia Civil sino a la Guardia de Asalto, y las victimas primeras de todos estos hechos, como sucedió habitualmente en aquellas fechas convulsas de la II República en muchos rincones de España, fueron los guardias civiles, en este caso los destinados en el Cuartel de Casas Viejas.

La Guardia Civil, señores de El País no necesita defenderse, pero yo he querido romper una lanza en su favor y demostrar que ustedes una vez más mienten, repito la Guardia Civil no necesita defenderse ya que su única defensa es el día a día de sus miembros (neutro si, yo no tengo que ser políticamente correcto y siempre me han enseñado que el neutro vale para ellos y ellas, y miembros y miembras a mi como que no me sale por muy progre y moderno que sea), se defienden con el trabajo bien hecho, con la satisfacción del deber cumplido, porque por cada noticia sesgada que ustedes puedan publicar en su folletín para intentar desacreditar al Cuerpo, los guardias civiles, todos y cada uno de ellos, protagonizan cada día cien noticias de heroísmo, de sacrificio, de valentía que hacen más grande si cabe a la Guardia Civil, y que ustedes no publicarán, no les interesa, entre otras auxilios, ayudas, búsquedas, salvamentos, detenciones…, o simplemente vigilancias, incluso poniendo en riesgo en muchísimas ocasiones y sin pensarlo su propia vida, no en vano se le concedió la Medalla de la Beneficencia, no en vano es conocida como Benemérita, pero a ustedes esto no les interesa.