Excelente carta que nos envia nuestro colaborador Francisco Hervás Maldonado, Coronel Médico retirado, a la Sra. Juez Titular del Juzgado de Instrucción nº 6 de Ceuta y que ha llamado a declarar a 16 guardias civiles en calidad de imputados por los sucesos ocurridos en el Tarajal el día 6 de febrero de 2014.
CARTA A LA SRA. JUEZ Mª DEL CARMEN SERVÁN MORENO
Estimada Dª Carmen, Magistrado Juez titular del Juzgado de Instrucción nº 6 de Ceuta:
Vaya por delante todo mi respeto y agradecimiento por su labor profesional. Sin embargo, quiero expresar mis dudas acerca de la decisión que ha tomado usted, imputando a un Capitán, un Teniente, un Sargento y trece Guardias Civiles, con motivo de la denuncia presentada por varias ONGs (y muy especialmente por dos: la Coordinadora de Barrios y la Comisión de Ayuda al Refugiado), que aunque lo nieguen, da la impresión por sus actuaciones de que están algo más que politizadas. Eso no quita que algunas de sus actuaciones sean encomiables, pero no todas, por supuesto. Cierto es que nadie es perfecto, pero hay quien se juega la vida por sus semejantes, por su Patria, por sus ancianos y niños, por sus trabajadores y enfermos, por la seguridad en sus calles, en su mar, en su montaña y – no lo dude – también en sus fronteras. Se juegan la vida en catástrofes naturales, sufren atentados terroristas constantemente desde hace muchos años. Y todo ello con un sueldo muy justito y muchas veces con unas viviendas en estado lamentable. Ellos son nuestros admirables Guardias Civiles. Y estas ONGs hacen política con la seguridad de todos los españoles. Lo que sucedió en la playa del Tarajal de Ceuta no lo sé, pero lo que sí sé es que el 90% de los inmigrantes subsaharianos poseen una cultura muy distinta a la nuestra: islámicos en buena parte y con un criterio exigente a la hora del acogimiento. Todo el esfuerzo empleado en entrar en España podrían emplearlo en arreglar sus países. E igual digo para las ONGs denunciantes, entre las que no se incluyen las que más trabajan por sus semejantes: Cruz Roja, Médicos sin Fronteras, Cáritas, Manos Unidas, UNICEF, etc. Son, por tanto, las denunciantes unas ONGs cuando menos un tanto sospechosas. El que había política de por medio lo comprendió el Juez de la Audiencia Nacional Don Fernando Andreu, al que respeto y admiro por otras cuestiones que no vienen al caso. De hecho rechazó la competencia del caso. Sin duda con un argumento jurídico irrefutable; pero… lo rechazó.
Hace poco, en su asociación judicial (Francisco de Vitoria), publicaba usted en un boletín, en la página dos, un artículo sentido y valioso, que como viene al caso le voy a recordar con todo cariño. Decía usted que “la dignidad del Juez depende de la dignidad del derecho y que el derecho valdrá en un país y en un momento histórico lo que valgan los jueces” (sic). Bien, pues si eso es cierto, podemos decir que “la dignidad de unas fuerzas del orden, en un país, dependerá de la dignidad de las leyes que les amparan y las leyes valdrán lo que valgan las fuerzas del orden”. O sea, que la defensa de nuestra normativa legal está también en manos de la Guardia Civil y no en manos de los inmigrantes subsaharianos, por más que las ONGs acusadoras lo digan. En una palabra, que no podemos subvertir la norma en aras de intereses espurios, sin duda. De eso precisamente se ocupa la Guardia Civil.
Pero dice usted más. Escribe usted que “no sé en qué consiste la dignidad del Juez, pero lo que sé es que resulta difícil tener dignidad cuando no se dispone ni siquiera de un espacio físico para juzgar y hacer ejecutar lo juzgado”. Seguidamente describe usted someramente sus condiciones de trabajo, que son algo más que penosas. Desde luego mucho más penosas que las de los miembros de las ONGs acusadoras. Pero es lo que hay. De eso podrían escribir tratados los Guardias Civiles imputados por usted, sin duda. Aunque no estoy completamente de acuerdo con usted. Porque yo creo y afirmo que la dignidad se lleva en el alma y no es fruto del ambiente. Como dijera Calderón en su Alcalde de Zalamea: “al rey la hacienda y vida se ha de dar, pero el honor es patrimonio del alma y el alma solo es de Dios”. Es decir, que los altos valores que nos identifican como seres inteligentes y con perspectiva de eternidad, como son la dignidad, el honor, la lealtad, etc., son valores propios del individuo y no de sus circunstancias. Otra cuestión es la defensa de esos valores, que se nos hace más ardua cuando el ambiente es adverso.
Mi respetada Señoría, tengo la absoluta certeza de que los Guardias Civiles imputados no hicieron más que cumplir con su deber, sin condicionamiento político alguno, defendiendo nuestra seguridad, nuestra libertad y nuestra legislación vigente. Todos nos sentimos un poco imputados junto con ellos. Porque no vemos para ello una razón que no sea política, en vez de profesional. Si por casualidad desapareciesen la Guardia Civil y la Policía Nacional de Ceuta, mucho me temo que su seguridad personal, así como la de los restantes habitantes de esa bellísima Ciudad, se iba a dañar más de la cuenta, no lo dude.
En virtud de la paz y la seguridad de España, especialmente en ese rincón tan bonito, que es Ceuta, pero también en Melilla y otros lugares (estas cuestiones siempre se amplifican y generalizan sus efectos), le ruego con todo respeto que suspenda la imputación de los Guardias Civiles y examine las demandas de las ONG con detenimiento, si es que le dan medios, naturalmente. Y si no puede, inhíbase por falta de dichos medios, que impiden tomar decisiones con la objetividad y sosiego que son de menester. Esto se lo digo porque se que es usted una persona sensata y bien preparada.
Respetuosamente, con todo afecto.
Francisco Hervás Maldonado, Coronel Médico en la reserva.