En estos días en los que los niños creen que los juguetes y regalos los traen los Reyes Magos, a la Policía Nacional la van agraciar con un bicentenario que es más falso que un billete de 1 euro. A estas alturas no sabemos quiénes son más inocentes, los niños o la Policía Nacional.

Martín Turrado Vidal, historiador e inspector jefe de policía, con “titulitis y amnesia selectiva”, aprovechando su destino en la secretaria general técnica del ministerio del Interior, en el año 1999 ideó el 175 aniversario, que con el paso del tiempo ha derivado en el irreal e inexistente bicentenario, lo pone por escrito en la página 247, apartado III, “La investigación sobre la historia de la Policía ”de su libro“ Documentos fundacionales de la Policía”, que copio literalmente:

“Lo cierto es que se me pidió una justificación, con lo cual resultó que no fui tenido en cuenta para las conmemoraciones, a pesar de que con mis obras se justificaron, pero sí para su defensa”.

Vamos a ver, Martin Turrado Vidal, “verba volant, scripta manent (las palabras vuelan, lo escrito queda). Estoy seguro que con su “titulitis y amnesia selectiva”, dará la vuelta a lo que escribió en su día y todos le creerán. A día de hoy, ninguno de los policías nacionales ha cuestionado el irreal e inexistente aniversario, quedando todos en evidencia por incompetencia, y no digamos nada del Gobierno actual que con el real decreto 665/2022, de 1 de agosto, bendice esta falaz celebración, que va en contra de la Historia, de las pruebas primarias, de los argumentos académicos y de la memoria colectiva de los españoles.

En cuanto a lo de “titulitis y amnesia selectiva” no lo digo gratuitamente. Todo historiador que se precie debe ser objetivo, aséptico y honesto en sus análisis y usted Martin Turrado Vidal, no lo es, ya que oculta pruebas documentales de carácter oficial publicadas en la Gaceta, y que no cita en su libro “Documentos fundacionales de la Policía”, relativas a la supresión por inutilidad” de la Superintendencia General de Policía del Reino. Por tanto, como historiador y creador del falso bicentenario ha perdido toda veracidad”, engañando a la Dirección General de la Policía, al ministerio del Interior, a la totalidad del Gobierno actual, al jefe del Estado, su Majestad el rey Felipe VI, que presidirá y pronunciará el correspondiente discurso en un evento, que lo único que tiene de verdad, es que le van a hacer un homenaje inmerecido el día 23-01-2024, a la primera Policía Política de España, la Policía General del Reino, suprimida el 4 de octubre de 1835.    

Ya lo dijo el ministro de propaganda nazi, Joseph Goebbels: Miente, miente, miente, que algo quedará, cuanto más grande sea la mentira, más gente la creerá”.

En el capítulo I, vimos que la Superintendencia General de Policía del Reino, nació el 8 de enero de 1824, y fue suprimida, el 4 de octubre de 1835, publicado en la Gaceta el día 5, por tanto, no enlaza o conecta con el Ramo de Protección y Seguridad, que se crea el 26 de enero de 1844, es decir, no hay continuidad, y por ello, la Policía Nacional no puede adjudicarse estos 9 años en los que no existe.

Martín Turrado Vidal y la Policía Nacional, no entienden que la Superintendencia General de Policía del Reino, es un antecedente histórico, no el origen de la misma. En fin, si manipulan la historia para aparentar más antigüedad, que no harán en cuestiones de mayor importancia, como para fiarse…

En esta segunda parte, vamos a demostrar, que los cuerpos de seguridad pública que se crearon en el siglo XIX, con distintas denominaciones, menos con la de Policía, todos desaparecieron, no saliendo de Madrid, y en algunos periodos ni tan siquiera existieron.

El Ramo de Protección y Seguridad, hemos visto que se crea en 1844, en el año 1848, por necesidades presupuestarias, quedó limitado a prestar sus servicios a la ciudad de Madrid y alrededores. La referencia documental la tenemos en el Diccionario Universal del Derecho Español Constituido. Tomo IV, de Patricio de la Escosura. Madrid 1853, páginas 192 a 196, en la que podemos leer:

1848, diciembre 1 (T 45 página 373) RO. Habiendo cesado las circunstancias extraordinarias que después de la última organización del personal del ramo de Protección y Seguridad pública por RO de 15 de noviembre del año anterior han obligado a modificarla, se manda, queden suprimidas las plazas aumentadas desde 1º de enero, y quedando reducido en los demás el ramo a lo prefijado en la plantilla de dicha RO”.

Mas abajo encontramos:

1848. enero 27 (página 50) RO art. 1. Que desde el 1 de febrero próximo cesen en el desempeño de sus respectivos cargos todos los Cabos y Salvaguardias de los partidos, dejando de abonárseles los haberes que se hallaban disfrutando«.

Continuamos con el relato histórico…

En el año 1852, se cambió el nombre al Ramo de Protección y Seguridad por el de Cuerpo de Vigilancia.

Por Real Decreto de 13 de septiembre de 1854, publicado el 14, en el número 621 de la Gaceta se suprimió el Cuerpo de Vigilancia.

Por Real Decreto de 5 de noviembre de 1856, publicado el día 6 en la Gaceta, se vuelve a reestructurar de nuevo la policía, que queda solo para Madrid capital.

El Cuerpo de Orden Público se instituye el 1 de junio de 1870, publicado en la Gaceta número 154 de 3 de junio del mismo año, solo para Madrid y las afueras, con la intención de extenderlo al resto del país, y así dice:

El Ministro que inscribe se ocupa en estudiar la reforma completa del Cuerpo de Seguridad Pública. Pero en tanto, reúne los datos necesarios para aplicarla con acierto y regularidad a todas las provincias de España, no encuentra motivo bastante para dilatar la mejora de este servicio en la de Madrid”.

El 20 de febrero de 1871, publicado el 29 de marzo de 1871, se complementa el Cuerpo de Orden Público con más personal solo para Madrid y afueras de la capital, que atendía con 100 hombres al auxilio de la policía judicial. Para culminar el proceso, se nombró jefe del cuerpo a Don Gregorio Valencia y Orín comandante de la Guardia Civil.

El cuerpo de Orden Público de Madrid fue sustituido entre el 22 de octubre de 1873, publicado en la Gaceta el 23 y el 11 de enero de 1874, anunciado el 12 de enero, por el cuerpo de Vigilancia y Seguridad en todo el territorio de la República. Este último decreto derogó su creación y se volvió al extinto Cuerpo de Orden Público de Madrid, a cuyo frente se designó mediante Real Decreto de 26 de enero de 1874, al coronel de la Guardia Civil D. Benito Macías.

Por Real Decreto de 6 de noviembre de 1877, se estableció para la Corte de Madrid, los servicios de Vigilancia y Seguridad.

El 30 de agosto de 1883 se nombró jefe militar del cuerpo de Seguridad de Madrid a D. José Oliver y Vidal, capitán del 14º Tercio de la Guardia Civil y a Don Juan Robles y López, procedente del 11º Tercio de la Guardia Civil.

Por Real Decreto de 18 de enero de 1886, se nombró jefe militar del Cuerpo de Seguridad a Don Ricardo Dotes y Tibant coronel jefe del 3º Tercio de la Guardia Civil, tercer Guardia Civil en el cargo de manera consecutiva.

El Real Decreto de 22 de marzo de 1906, creó la policía de vigilancia en la provincia de Barcelona, Gerona y frontera francesa. El mando de todas las provincias recaía en el inspector general que debía ser “ex gobernador civil, coronel o teniente coronel de la Guardia Civil o del ejército en activo (excedente o de remplazo). Precisamente sería nombrado primer inspector general el coronel de la Guardia Civil Don Constantino Brasa Rodríguez, jefe del 9º Tercio.

El 27 de febrero de 1908, se aprobó la ley de Policía que instaura – cuyo significado según la RAE, es establecer o fundar una cosa- los cuerpos de Seguridad y Vigilancia en toda España. Esta norma supuso el definitivo impulso al desarrollo de la policía civil a nivel nacional. Y precisamente al amparo de esta norma fueron nombrados de forma masiva guardias civiles para los puestos directivos en la policía gubernativa. Así, durante el reinado de Alfonso XIII de entre los componentes de la Benemérita fueron designados al menos, tres directores generales de seguridad, destacando al segundo, el general de brigada de la Guardia Civil, Manuel de la Barrera y Caro, desde enero de 1916 al 16 de abril de 1919; al general de brigada Miguel Arlegui Bayones, sexto director general de seguridad desde el 27 de septiembre de 1923 al 29 de enero de 1924 y al decimoséptimo, Vicente Santiago Hodsson, del 19 de diciembre de 1935 al 22 de febrero de 1936, más un subdirector, un subdirector general de orden público, nueve jefes superiores de policía de Barcelona y cuatro de Madrid, un comisario general de vigilancia de Barcelona junto con el segundo director de la nueva Escuela de Policía.

Tras la guerra civil, otro nutrido número de guardias civiles ocuparon puestos en la estructura de la Dirección General de Seguridad, especialmente como titulares de las Jefaturas Superiores de Policía, y cuyo último exponente fue el general de División don Jesús López Lapuente, que, en el escalafón de la Guardia Civil de 1967, aún figuraba como jefe superior de policía de Zaragoza.

Estos son algunos de los ejemplos de la confianza depositada en los hombres de la Guardia Civil por las autoridades de la nación, al encárgales las mayores responsabilidades en la alta dirección y gestión de la policía civil en la España de todos los tiempos, bajo cualquier régimen y tendencia política.

     Esta y no otra es la verdadera historia a grandes rasgos, sin entrar en muchos detalles, de la Policía Nacional. La policía que se instaura o funda en 1908, es la que, con cualquier otra denominación, tiene continuidad hasta nuestros días. Por tanto, a día de hoy tiene 116 años de antigüedad, que no es poco.

Ha quedado muy claro que la Guardia Civil, tuvo mucho que ver en la fundación de la Policía Nacional (la de verdad, la de 1908). Dicho de otra manera, “qui oblitus radices suas amittit identitatem” o, lo que es igual, “quien olvida sus raíces pierde su identidad”.

Pio Baroja en el café Levante allá por 1904, dijo que en España hay siete clases de españoles, 1) los que no saben; 2) los que no quieren saber; 3) los que odian el saber; 4) los que sufren por no saber; 5) los que aparentar que saben; 6) los que triunfan sin saber, y 7) los que viven gracias a que los demás no saben. Estos últimos se llaman a sí mismos “políticos” y a veces hasta “intelectuales”. En la séptima clasificación es donde le sitúo Martín Turrado Vidal, que con su “titulitis” y con su manipulación encubierta ha triunfado porque no demás no saben.

05-01-2024

 La verdad nos hará libres. Jesucristo.

 

José Luis Borrero González
Capitán retirado de la Guardia Civil.

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