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IGNACIO MARTIN GUERRERO

CUENTO DE NAVIDAD PARA MAYORES

Estamos próximos a la Navidad y necesitamos estar cerca de los nuestros, recordamos aún mas en estas fechas a aquellos que se fueron o que están lejos, los recuerdos se amontonan, la llegada de este cuento nos llenó de alegria, sabemos que sois muchos los compañeros, de antes y de ahora, que nos seguís, sois muchos los amigos que dia a dia estais ahí, cerca, queremos creer que con esta página unimos a guardias civiles y amigos de distintas generaciones, que ante todo, tienen cariño por la Guardia Civil.

El autor del cuento es IGNACIO MARTIN GUERRERO, Capitán de la Guardia Civil retirado, Polilla, socio del Circulo Ahumada, colaborador de la revista Circulo Ahumada y desde hoy podemos decir con orgullo que también colaborador de Benemerita al Día.

Aunque sólo, sigue recordando con orgullo y añoranza a «su» Guardia Civil y desde la Residencia de la Guardia Civil «Nuestra Sra. de la Cabeza» de Guadarrama, donde actualmente habita nos envia este cuento de navidad. Lo titula «CUENTO DE NAVIDAD PARA MAYORES«, aunque creo que el cuento es para todos, mayores y niños, pero sobre todo para amigos de la Guardia Civil.

Residencia Virgen de la Cabeza

CUENTO DE NAVIDAD PARA MAYORES

En los últimos tiempos se ha extendido el rumor de que los Reyes Magos nunca existieron y de que, si así fue, posiblemente habrían tenido una ascendencia andaluza. Igualmente se ha puesto en tela de juicio e incluso se ha llegado a negar la presencia del buey y la mula en el portal de Belén en el momento del nacimiento de Cristo.

            Estas consideraciones, en lugar de aportar nuevos datos a hecho tan crucial, han servido de confusión en toda la Cristiandad, que desde hace siglos ha visto cómo los Reyes Magos, montados en sus camellos y procedentes de Oriente Medio, llegaban al portal de Belén. Allí no se concebía en forma alguna que no estuvieran presentes el buey y la mula dando calor y humanidad al nacimiento.

            Partiendo de estas premisas, tenemos que empezar ciñéndonos a la historia real cuando, 600 años a.d. Cristo, aparece Zoroastro entre los persas y los medos. Este astrólogo y sacerdote, que reforma la religión de su país predicando el monoteísmo y una moral de acción fundada en la certeza del triunfo de la justicia, anuncia en sus profecías que siglos más tarde aparecería un Salvador o Mesías y que nacería en un pesebre. Por ello, los Reyes Magos que también eran astrólogos, siguieron la estrella hasta Belén y fueron los primeros en adorar a Jesús.

            Desde entonces cada año, desde sus bases en las tierras de Mesopotamia, esperan pacientemente la llegada de la Estrella Polar que, desprendiéndose de la punta de la lanza de la constelación de la Osa Menor, desciende vertiginosamente hasta llegar a la altura de Sus Majestades para guiarlos hasta el portal de Belén.

            Su caravana de camellos cargada de juguetes para los niños españoles se ha visto obligada a cruzar los ríos Tigris y Eúfrates, montañas y áridos desiertos ocupados por peligrosos extremistas yiadistas y suniés, que solo pueden esquivar con la ayuda de Dios para poder cumplir el motivo de su largo viaje.

           La estrella se detiene a la altura del portal de Belén que significa el fin de su viaje y abandonando la caravana, asciende para ocupar su sitio de estrella polar en el firmamento. Los Reyes Magos, Melchor, Gaspara y Baltasar, echan pie a tierra y acuden al portal donde, postrándose de rodillas, adoran al niño Dios mientras le ofrecen el oro, el incienso y la mirra símbolos de su poder y del reconocimento de cuanto significaba aquel acto para la Humanidad.

            Sin embargo en esta ocasión, no tuvieron más remedio que notar la ausencia del buey y la mula que durante cientos de años habían acompañado al nacimiento de Cristo. Ante su extrañeza, fueron informados de que éstos ya no eran requeridos por ninguno de los belenes de la zona y de que, después de vagar tristes y desolados por las afueras de Jerusalén, habían sido acogidos por un compadecido labrador, el cual les había dado cobijo en un cobertizo que poseía en las afueras de la ciudad, alimentándolos y solucionando así su grave situación.

            Finalizada su principal misión y comoquiera que también les había llegado el rumor de su posible ascendencia andaluza, deciden emprender viaje a Andalucía y así se dirige la caravana hacia el puerto de Haifa próximo a Jerusalén, donde embarcan en un navío de la Transmediterránea que los conduce hasta Sanlúcar de Barrameda en la desembocadura del Gaudalquivír. Desde allí, prosiguen viaje a Sevilla en dos enormes barcazas.

            La ciudad bética en pleno estaba esperando en el puerto fluvial. El puente de Triana y el de San Telmo estaban abarrotados de gente que aclamaba con vítores y pancartas de bienvenida a los Reyes Magos y a su séquito.

            Las autoridades sevillanas estaban en primera línea para recibirlos y agasajarlos y entre ellos, ¡cómo no!, un Destacamento de Tráfico de la Guardia Civil (el cuerpo más prestigiosos y querido de los españoles) que había de encargarse de la protección y guía de la caravana real durante su estancia en España.

            Desembarcados los camellos, éstos constituyeron ls principal atracción y alborozo de los niños sevillanos, y más aún al comprobar que venían cargados de juguetes y otros regalos que empezaron a repartir sin que ni un solo niño se quedase sin recibir su obsequio.

            Finalizados los actos protocolarios, los Reyes Magos se interesaron vivamente por la historia de Sevilla, que fue conquistada por los árabes en el año 712 y reconquistda por el rey Fernando III el Santo en 1248. Visitaron el conjunto de obras de la época musulmana, tales como la Giralda, la Alcazaba y el barrio de Santa Cruz, entre otros.

            En el siguiente día, la caravana emprendió la marcha, siempre escoltada por la Guardia Civil, hacia Granada. Allí se repitieron los agasajos por las autoridades y la alegría de los niños al recibir sus regalos. Los Reyes, por su parte, se entusiasmaron ante la Alhambra y el Generalife, construídos en el siglo XIV, los barrios del Albaicín y el Sacromonte, del siglo XI.

            Reanudando su periplo, se dirigieron hacia Córdoba donde se repitieron el recibimiento con todos los honores y el entusiasmo y alegría de los niños al recibir sus juguetes. Allí les recordaron que esta bella ciudad se convirtió en el años 716 en el centro cultural de Al-Andalus hasta el 1236, cuando fue conquistada por los cristianos.

            De la civilización musulmana, los Reyes Magos visitaron los recintos fortificados de la Alamedina y la Ajarquía, y, por supuesto, la Mezquita, símbolo de la época de esplendor del califato.

            Su objetivo final era llegar cuanto antes al Santuario de la Virgen de la Cabeza, en el término municipal de Andújar, donde esperaban terminar su recorrido por Andalucía. Desde Andújar, la caravana de camellos emprendió la ascensión hacia el santuario por la serpenteante carretera de 30 kilómetros, hasta llegar a la cima. Allí acamparon en la explanada existente a los pies del mismo, donde tantas promociones de Guardias Civiles han jurado bandera durante años.

            Tras ser recibidos por la comunidad de Padres Trinitarios que tienen a su cargo la custodia y conservación del Santuario, éstos pasaron a mostrarles el conjunto de edificaciones del lugar al tiempo que les informaban de la epopeya realizada por la Guardia Civil en defensa del santuario, desde el 18 de julio de 1936, hasta el 1 de mayo de 1937. Allí, el capitán Cortés al mando de 200 guardias civiles resistió el asedio y asalto del enemigo, que llegó a reunir un ejército de 12.000 hombres. El Santuario, como consecuencia de las miles de granadas de artillería y bombas de aviación que llovían sobre él, quedó completamente derruído. Finalizada la guerra, fue totalmente reconstruído y reformado en parte el cementerio de los héroes, donde fueron enterrados 77 guardias civiles muertos en combate. Los Reyes Magos quedaron vivamente impresionados ante tamaña epopeya, que dejaba patente la heroíca defensa del Santuario por los guardias, hasta la muerte.

            Llegados a este punto final de su estancia en España, Sus Majestades resolvieron que de alguna manera tenían que mostrar su agradecimiento por el trato recibido a todos los españoles y en especial al Destacamento de Tráfico de la Guardia Civil que les había guíado y protegido durante todo su recorrido. Para ello acordaron envíar a la Dirección General de la Guardia Civil un obsequio consistente en una pequeña arqueta con unas onzas de oro, incienso y mirra, símbolo de su poder y existencia.

            Informados los Reyes del Residencial “Virgen de la Cabeza” existente en el madrileño pueblo de Guadarrama, propiedad de la Asociación de Huérfanos del Cuerpo y regentado por Sanitas, que viene desarrollando una efectiva y acertada acción social a todos los mayores, viejos guardias civiles y sus mujeres que tienen el privilegio de ser residentes, decidieron cambiar el destino del obsequio y enviar su preciada arqueta allí. De esta forma, un emisario partió del Santuario para trasladarse al Residencial donde entregó a la dirección del centro la preciosa reliquia.

            En su partida del Santuario, la Guardia Civil de Tráfico ya tenía dispuestos los camiones necesario para el transporte por carretera y así salieron de inmediato con destino a Málaga. Una vez en la capital, procedieron al embarque de los camellos y equipos en una barco de la Transmediterránea. Antes de subir al barco, los Reyes abrazaron a cada uno de los Guardias Civiles que les habían escoltado. Emocionados, subieron por las escalerilla del barco saludando a todo el personal que había acudido al muelle a despedirlos.

            Navegaron por el Mediterráneo hasta llegar al puerto de Tel-Aviv en Istrael, donde desembarcaron e inmediatamente emprendieron la marcha con el ánimo de atravesar cuanto antes el desierto de Siria haciendo un descanso en las ruinas de Palmira. Este bello enclave está situado en el centro del desierto sirio, encrucijada de todas las rutas de caravanas entre Mesopotamia y la costa mediterránea. En la antigüedad estuvo en manos amonitas, arameas y árabes, perdiendo su libertad al convertirse en aliada de Roma, en el siglo II d. d. Cristo. Fue saqueada e incendiada varias veces hasta que por fin fue conquistada por los árabes en el año 643. En la actualida, según la prensa escrita, bajo su suelo el gobierno sirio oculta en sus profundidades un verdadero arsenal de armas químicas. Así pues, los Reyes Magos y su caravana llegaron a Palmira al anochecer y prepararon sus tiendas sin saber que iban a dormir sobre un polvorín…

            Al amancecer, escoltados por tropas militares del ejército sirio, en guerra contra los rebeldes, llegaron al confín del desierto y después de atravesar los ríos Tigris y Eúfrates se internaron en Irán (antigua Persia) para llegar al final de su viaje: su tierra en el valle de Persépolis, junto a las ruinas de Babilonia, donde establecieron su campamento definitivo.

            En las frías noches de este invierno, si vas al desierto de Siria, verás la estela formada por partículas brillantes de arena en una senda que se pierde en el infinito, dejada a su paso por la caravana de los Reyes Magos como prueba de su existencia real y la promesa de que volverán el próximo año. Que así sea.

Residencial “Virgen de la Cabeza”

Guadarrama (Madrid). Navidad 2013

 Ignacio (residente)