DABAN

DIRECTOR GENERAL DE LA GUARDIA CIVIL – Teniente General Luís Daban y Ramírez de Arellano (14–11–1890 hasta el 22–01–1892)

Luis Daban Ramírez de Arellano nació el 28 de mayo de 1841 en Pamplona (Navarra) España. En su juventud se incorporó al ejército español, participando en las campañas de Santo Domingo y, más tarde, en 1868, en la Guerra de los Diez Años, en Cuba. En 1872 retorna a la Península, donde participaría en la Tercera Guerra Carlista, alcanzando en ella el título de mariscal de campo. Tras esto, regresó a Cuba, donde obtuvo el título de comandante general del departamento oriental. En 1874 concede su apoyo al general Martínez Campos cuando se alzó el Pronunciamiento de Sagunto. En 1876 se presenta a las elecciones generales de diputado, siendo elegido para tal cargo. Sin embargo, se ve obligado a renunciar debido a que ese cargo era incompatible con su nombramiento de Segundo cabo de Filipinas, entonces colonia española. En 1884 fue nombrado Gobernador de Puerto Rico, cargo que abandonó en 1887, el 14 de noviembre de 1890 fue nombrado Director General de la Guardia Civil, cargo que ocupó hasta su muerte el 22 de enero 1892 en Madrid.

El cambio habitual del Gobierno en la época, de liberales a conservadores y viceversa, iba seguido de la pintoresca imagen del funcionario cesante. Por lo tanto al general O’Ryan le sustituyó en el mando de la Guardia Civil el joven Teniente General Luis Dabán y Ramírez de Arellano, precedido de atrayente carisma. Había llegado a su alto empleo tan sólo con 41 años de edad, después de una intensa actividad profesional. Fue además, el jefe de laas tropas con las que Martínez Campos proclamó rey a Alfonso XII en los campos de Sagunto.

Luis Dabán, debido a su juventud y vitalidad, impuso un nuevo ritmo en la acción del mando. Incansable en el trabajo, se destacó por visitar hasta los puestos más apartados. Su firma y sello, a pesar del breve mandato de catorce meses, es frecuentemente encontrado en los libros de providencias de la época que aún subsisten “en activo”. Creó, pues, una corriente de comunicación y relación humana con los guardias civiles, clases y demás mandos de entrañable recuerdo. Una pulmonía cogida en el curso del servicio acabó con su vida el 22 de enero de 1892, cuando contaba sólo 50 años de edad.