YIHADISTAS-PATERA

Abdul Basit Haroun, asesor del gobierno oficial de Libia, ha afirmado en una entrevista emitida por la BBC 5 que «los traficantes están pasando yihadistas a Europa, disimulados entre los inmigrantes que atraviesan el Mediterráneo con las barcazas».

El político basa esta afirmación en conversaciones mantenidas con traficantes en el norte de África. También afirma que el autodenominado Estado Islámico, además, saca provecho económico, ya que permite a los traficantes estas operaciones a cambio de la mitad de las ganancias que los reportan. «Los estados europeos no saben quién pertenece al Estado Islámico y quién no», asegura. Esta no es la primera vez en la que personas e instituciones destacadas realizan esta advertencia. Antes, ya la habían hecho el embajador de Egipto en el Reino Unido, miembros de los servicios de inteligencia de Italia y la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación operativa en las Fronteras Exteriores de los Estados miembros de la Unión Europea (Frontex).

Por su parte, Wasim Nasr, periodista experto en yihadismo en Radio France 24, manifestó a la emisora que «el Estado islámico no tiene interés en enviar combatientes disimulados en las embarcaciones, sino que prefiere llamar a los radicales que tienen pasaportes europeos a luchar en Siria e Irak». Es una afirmación que matiza otro experto en islamismo, Roman Caillet, investigador del Instituto Francés del Medio Oriente, recientemente expulsado del Líbano por sus autoridades. Caillet está de acuerdo en el interés de los terroristas del EI en captar yihadistas europeos, pero, al mismo tiempo, explica que los yihadistas se aprovechan “de los inmigrantes para implantar células durmientes en territorio europeo, con el fin de castigar Occidente”.

Desde la caída del coronel Gadafi, el Estado Islámico, que está implantando su modelo de califato en diversos territorios africanos gracias al juramento de fidelidad que hacen los distintos grupos islamistas radicales de la zona, ha ido controlando un territorio cada vez más amplio de Libia, sobre todo en el área de Syrte, ciudad a 500 kilómetros de Trípoli, y de Derna, localizada a 1.300 kilómetros de la capital.

Habul Basso Haroun, el político que ahora ha lanzado la alerta, es consejero asesor del gobierno de Toubrouk, el ejecutivo elegido por la Cámara de Representantes que salió de las elecciones del 25 de junio, el único reconocido por la comunidad internacional dentro del caos de poderes que reina hoy en Libia.

LA TRIBUNA DEL PAIS VASCO