En 1844, a la Reina Isabel II le fue otorgada la mayoría de edad con solamente 13 años. El gobierno de España, tras sufrir la guerra de la independencia (1808 – 1814) contra la Francia de Napoleón, trataba de crear un nuevo estado moderno, máxime teniendo en cuenta las felonías de Fernando VII, rey traidor donde los haya. En aquellos tiempos, España carecía de un cuerpo de seguridad pública estatal unificado y padecía unos problemas de seguridad bastante graves. El bandolerismo era lo habitual en nuestros campos, montes y caminos, una alta delincuencia alimentada por todos los años de guerras pasados: contra los ejércitos de Napoleón en la Guerra de la Independencia y luego la Guerra Carlista. Se hacía imprescindible la necesidad de crear un Cuerpo de Infantería y Caballería, los futuros Guardias Civiles, militar de estructura, pero policial de función, destinado a luchar contra el bandolerismo rural y de pueblos pequeños, la inseguridad general y el escándalo permanente de los asaltos a los viajeros en descampado.

El II Duque de Ahumada, D. Francisco Javier Girón y Ezpeleta, fue el encargado oficial de fundar el Cuerpo de la Guardia Civil en el año 1844. Al principio lo aceptó, luego le hicieron una especie de bloqueo a sus decisiones y presentó la dimisión. Ello sucedió durante el bienio progresista, 1854 – 56, (siempre los progresistas dando por donde la espalda pierde su buen nombre). Superada esa estupidez, volvió a hacerse cargo de la Dirección de la Guardia Civil, con gran alegría del personal de la misma. No obstante, dicha dimisión o cese solamente resultó ser mucho más motivadora para el Duque de Ahumada y el futuro del Cuerpo de la Guardia Civil.

En el artículo 1º del Reglamento para el Servicio, redactado por su propio fundador, se recoge literalmente lo siguiente: “El Honor es la principal divisa del Guardia Civil. Debe, por consiguiente, conservarse sin mancha. Una vez perdido no se recobra jamás”. Pues si en el primer artículo se recoge este gran principio moral dice mucho de lo que significa dicho lema. Refleja el espíritu que debe regir al Cuerpo de la Guardia Civil y la cualidad más importante y prevalente del mismo.

En cuanto al artículo 2º incide en lo mismo y aclara el tema bastante: “El mayor prestigio y fuerza moral del Cuerpo es su primer elemento; y asegurar la moralidad de sus individuos, la base fundamental de la existencia de la Institución”.

Por tanto, desde su fundación, se considera que el honor es un valor imprescindible de todo guardia civil para poder servir a los demás. Esa es la razón que explica el que para formar parte del cuerpo también se necesite superar una entrevista personal, donde se pueda conocer la parte más ética y moral del aspirante a Guardia Civil.

El honor de un guardia civil es una “cualidad moral” necesaria para poder desempeñar y cumplir todos sus deberes. Vine a ser sinónimo de todos los buenos comportamientos y convicciones, y muy especialmente la honestidad y honorabilidad.

Como decía el poeta Alfred de Vigny (1802-1885): “El honor consiste en hacer hermoso aquello que uno está obligado a realizar”.

Porque, además, la Guardia Civil asume y hace propios otros valores como el sacrificio, la lealtad, la austeridad, la disciplina, la abnegación y el espíritu benemérito, de los que ya hemos hablado varias veces.

La “Cartilla de la Guardia Civil” recoge todas las reglas morales y de urbanidad y protocolo que deben regir a los guardias civiles, para que puedan servir siempre con una adecuada formación moral y humana, así como con dignidad y sentido del honor.

Los psicópatas progresistas que nos gobiernan acaban de sacar una ley “contra” la verdadera memoria histórica de España y solamente a favor de su destrucción unitaria y su conversión en “taifas”, da manera que cada cual se busque la vida por su cuenta con el dinero de los demás. Fruto de este escándalo es la decidida supresión de esta bella frase, “Todo por la Patria”, que figura en cuarteles y casas cuartel de la Guardia Civil, puesto que, tras suprimirlo la segunda república, los nacionales promovieron que se volviera a poner en 1937, en plena guerra civil. Pero como los progresistas son cavernarios e ignorantes, no saben que esa frase surgió en 1808, con motivo de la sublevación española contra las tropas invasoras francesas. Y ya lo mejor en niveles de estupidez: pretenden que se sustituya por la frase “todo por la democracia”. Y yo me pregunto: ¿Tenemos actualmente una democracia en España? A mi me parece más una dictadura camuflada. Todo se amaña: leyes, nombramientos, gastos, tratados… Perdonen, esto no huele a democracia, sino a dictadura modelo venezolano.

Sin embargo, no pueden suprimir directamente la Guardia Civil, porque la necesitan para garantizar su propia seguridad. En fin, ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio…

Tal vez me esté volviendo viejo (afortunadamente, porque no han podido lavarme “el coco” como intentan hacer con los niños).

No quiero ser profeta, pero una cosa es evidente: la maldad destroza al que la promueve. Bueno, ya lo estamos viendo: pandemia, inflación, incremento de la oposición, etc. No hay que empujarles, se caen solos.

Francisco Hervás Maldonado
Coronel Médico (r)
Presidente del Circulo Ahumada