El republicano Roger Torrent permite una votación que reprueba a la Monarquía y defiende la autodeterminación pese a que está siendo investigado por la Fiscalía por tramitar otra resolución independentista
Roger Torrent sigue ofreciendo argumentos a la Justicia para acusarlo de un delito de desobediencia. El presidente del Parlament ha permitido hoy a los grupos independentistas votar y aprobar una resolución que rechaza la sentencia del Tribunal Supremo sobre el 1-O, reprueba a la Monarquía y defiende la secesión, pese a que el texto fue suspendido por el Tribunal Constitucional el pasado 5 de noviembre.
El desafío hoy tolerado por el republicano Torrent llega en plenas negociaciones entre el PSOE y ERC para la investidura de Pedro Sánchez, y pocas horas después de que se haya conocido que ambos partidos se reunirán el próximo jueves. Y se produce también después de que hace dos semanas tramitara y tolerara la aprobación de una iniciativa a favor de la autodeterminación, lo que propició que la Fiscalía abriera una investigación contra el presidente de la Cámara catalana.
A pesar de la investigación en curso y de las reiteradas advertencias del Tribunal Constitucional sobre las «responsabilidades penales» que le podría acarrear su sostenido pulso a la Justicia, Torrent ha amparado hoy una nueva argucia del separatismo.
JxCat, ERC y la CUP han aprobado -con la abstención de los comunes- la moción suspendida por el Alto Tribunal empleando una treta consistente en preceder el texto prohibido de una declaración de rechazo a su suspensión. La moción finalmente aprobada reza: «El Parlament rechaza la suspensión parcial acordada por el Tribunal Constitucional el 5 de noviembre de 2019 relativa al inciso del apartado 11 que constaba en la presente propuesta de resolución» y, a continuación, reproduce el texto suspendido: «El Parlament reitera y reiterará tantas veces como quieran los diputados, la reprobación de la Monarquía, la defensa del derecho a la autodeterminación y la reivindicación de la soberanía del pueblo de Cataluña para decidir su futuro político».
El independentismo entiende que la treta utilizada le permite sortear la «censura» del Tribunal Constitucional y reafirmarse en su defensa de la autodeterminación, su ataque continuado a la Corona y su rechazo a la sentencia del procés.
La misma interpretación han realizado los letrados del Parlament, que en esta ocasión han avalado el ardid de los partidos separatistas al entender que la resolución modificada y hoy aprobada sólo «citan» y no «reiteran» el punto suspendido por el Tribunal Constitucional. Así lo han expresado en la reunión de la Mesa celebrada antes del inicio del Pleno. Mesa que ha hecho valer su mayoría secesionista para tumbar las peticiones de reconsideración de los partidos constitucionalistas, que han vuelto a intentar sin éxito impedir la enésima burla a la legalidad cometida en el Parlament.
División independentista
Aunque finalmente se han puesto de acuerdo para desafiar al Tribunal Constitucional, la división de los partidos independentistas ha vuelto a quedar patente en esta jornada parlamentaria con la presentación de tres modificaciones separadas al texto suspendido. Pese a que sólo las diferenciaban matices, JxCat, ERC y la CUP han intentado imponer su redactado a sus compañeros de causa hasta el último instante. La respuesta conjunta a la sentencia ha corrido peligro hasta que, minutos antes de que arrancara la sesión, los tres partidos secesionistas han decidido votar a favor de sus respectivas enmiendas.
«Son los campeones de la desobediencia», ha constatado la líder de la oposición y del grupo parlamentario de Ciudadanos. Antes de abandonar el hemiciclo junto al resto de sus diputados para no ser partícipe de la votación, Lorena Roldán ha dado por hecho que Torrent acabará condenado como su antecesora en el cargo, Carme Forcadell, y ha comparado la sesión hoy celebrada con las del 6 y 7 de septiembre de 2017, cuando se aprobaron las leyes de desconexión: «Vuelven con las mismas artimañas. Son un Gobierno tan insurrecto como el anterior».
El jefe de filas del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, ha considerado que no se ha quebrantado, sino «bordeado» la ilegalidad a través de una «enrevesada ingeniería jurídica para hacer ver que desobedecen sin desobedecer». Mientras, el PSC ha incurrido en una clara contradicción cuando, a través de su diputado Ferran Pedret, ha considerado que hoy se «reincide en la catástrofe del 6 y 7 de septiembre» tras considerar «legítima» la respuesta del Parlament a la sentencia del 1-O.