ELECCIONES
Se avecinan nuevas elecciones. Primero las municipales y autonómicas. Después, el despropósito catalán de Mas. Y finalmente, las generales y el optimismo incoercible del presidente Rajoy.
Parece ser que se está produciendo un cambio importante en la política de todos los países democráticos. Y esto se refleja claramente en las intenciones de voto. El mundo empezó a cambiar con el cambio de siglo. En principio apenas si se percibía, pese a los ataques sobre las torres gemelas de Nueva York y la irrupción en la escena de los terroristas islámicos de al-Qaeda, los cuales eran hermanas de la caridad en comparación con los del actual estado islámico. Luego llegó la crisis económica, como en el XIX y el XX, la crisis de valores y el descubrimiento del lucro incesante de todos nuestros políticos. Y aparecieron los nuevos partidos: los populistas retrógrados de Podemos, que pretenden la vuelta de la URSS adaptada a cada país, y los neo-centristas de Ciudadanos, cuya única pretensión es vivir en paz sin robar. Los del PP y PSOE intentaron ponerse a la rueda, pero no limpiaron la casa ni parecen tener intención de limpiarla. En todo caso, el asunto es tan grave que es precisa una refundación de ambos partidos con gente nueva, o van a ir a menos claramente y progresivamente. Han hecho mucho daño con su egoísmo a la población, confundiendo el servicio público con la propiedad.
Pero vayamos al análisis real de la situación, pues por encima de los políticos está la evolución de nuestro planeta. Por ejemplo, la superpoblación: siete mil millones en un mundo con recursos racionales extremos para no más de cuatro mil millones de personas. Sí, ciertamente si se fuerzan las cosas habría recursos para los siete mil, pero se comerían la posibilidad de futuro, de manera que en la siguiente generación no habría recursos más que para mil quinientos o dos mil millones de personas. En definitiva, se destrozaría el planeta. Otra cosa: el cambio climático, que condiciona dos acciones, un incremento en el gasto energético para compensar el exceso de calor y un consumo mayor de agua por la misma razón. Amén de los sistemas de protección imprescindibles de personas, animales y plantas, con un importantísimo aumento en la producción de plásticos y, por ende, en la extracción de petróleo para ello, bien sea directa o mediante fracking (machacando piedras, como ya están haciendo en los EEUU). Eso lleva a una consecuencia, la inestabilidad del terreno. Otra cuestión es el cambio del eje de rotación de la tierra, que sucede de cuando en cuando, con la consiguiente desadaptación de todos los sistemas vivos. Bueno, de todos no: las bacterias y virus se adaptan a cualquier cosa, por lo cual es de suponer que aparezcan nuevas enfermedades, como ya está sucediendo (gripe suina, etc). Además tenemos la evolución de nuestro sistema solar, siempre amenazado por el movimiento de fragmentos sólidos (meteoritos) y cambios importantes en la radiación solar. Entre Marte y Júpiter se sitúa el cinturón de Kuipfer, donde millones de fragmentos sólidos (algunos casi pequeños planetas) giran separando ambas zonas de nuestro sistema solar: la de los planetas posiblemente habitables y la de menos probabilidad de habitabilidad. Pero es una zona muy peligrosa, pues ante diversas circunstancias, que prefiero no detallar, pueden convertirse en un verdadero bombardeo de fragmentos sobre los distintos planetas, entre otros el nuestro. ¿A qué me suena esto, a lo que dice el libro del apocalipsis? Pues esto es lo que hay, nos guste o no. Y no entro en los estudios de astrobiología, sobre vida en otros planetas, ni en los agujeros negros, etc.
Volvamos a la política, que es menos acongojante. El mundo está gobernado por pequeños clanes de fuerza económica y social. Claro, siempre aparecen majaderos, como los del estado islámico, que solucionan todo por las bravas: matando a todo lo que se menea. Es adelantar el apocalipsis, pues eso solo lleva a una guerra por las bravas y a la extinción de la especie humana. No es gente inteligente. No ven más allá de sus narices. Se están suicidando en una orgía de sangre que a nada conduce. Es un canto a la prehistoria, a la muerte, al odio y a la estupidez, sobre todo. Pero esos clanes no islámicos buscan varias cosas: una buena, que es la persistencia de la especie, otra regular, que es la selección de los más capacitados para ello (digo regular por el método utilizado para dicha selección, que no es justo ni objetivo) y una tercera mala, que es inflarse a ganar dinero para ser cada vez más poderosos. Y de ahí derivan nuestros partidos políticos convencionales, como son PP, PSOE, IU, etc. Y también acabarán siendo abducidos los nuevos partidos políticos, como Ciudadanos y Podemos.
Lo cierto es que los viejos partidos son a extinguir, pues no han sabido renovarse a tiempo y han hecho mucho daño con su egoísmo. Porque… señor Rajoy, la gente no le recrimina lo que ha hecho para sacarnos de la crisis, sino cómo lo ha hecho, de una manera claramente injusta y con la carga de sacrificio solo sobre un sector de la sociedad: las clases medias trabajadoras, pero no los políticos, las clases altas o la banca. Ese es su gran error, la falta de valor para poner a cada cual en su sitio y distribuir el sacrificio entre todos, cosa que no ha hecho. Igualmente, señor Pedro Sánchez, lo que la población no perdona a su partido es su claro sectarismo, con un tufillo marxista que hoy en día está ya demodé. Si al menos eso fuese acompañado de algún espíritu de sacrificio… pero no: usted estuvo en Bankia, y eso no se puede ocultar. Luego está lo de los ERE, etc. Y su apoyo económico descarado a los sindicatos para que callen y distraigan recursos de todos en beneficio propio. Es cierto que sus antecesores eran y son impresentables, pero eso no justifica la exaltación de la estupidez, no. Y prefiero no hablar siquiera de IU, pues lo primero que ha de tenerse para ser considerado es educación, cosa que no siempre se da por esos pagos. En cuanto a UPyD, se les nota demasiado que es un PSOE cabreado con el PSOE, pero PSOE al fin y al cabo. Y no digamos Podemos, el partido organizado por un pícaro y sus allegados, pero que tiende a la amortiguación, porque se les nota demasiado su pose falsa. Por su parte, Ciudadanos también tiene su que. Es este un partido sin ideas, aunque con ideólogos asociados. Es decir, que si bien – al menos – no tienen malas ideas, cierto es que tampoco las tienen buenas, siendo un poco como la mierda del pavo, que ni sabe ni huele. Es decir, que todas las elecciones son malas y que con el tiempo se definirán claramente Podemos, que dejará de mentir, y Ciudadanos, que habrá de adoptar un perfil ideológico concreto. Los demás… o se refundan o se disuelven. No podemos mantener un partido de cleptómanos y otro de tontos del haba. Ustedes no tienen futuro, PP y PSOE. Pertenecen a otros siglos (XX y XIX, respectivamente). Y de IU es como hablar de la carreta de mulos, algo muy antiguo y ya superado. No comento nada de los nacionalistas, como tampoco lo hago de peinarse los bigotes. Son un mal chiste todos ellos, por más que engatusen a la población con el cuento de caperucita.
Pero habrá que ir a votar. ¿Y a quién? Pues miren ustedes, da igual. Al final se hará lo que decida Bruselas. Más bravíos eran los griegos y ya reculan. Porque, convénzase, vamos de una Europa de naciones a una Europa de regiones. Vamos a una justicia, una economía, un ejército, una policía e incluso una docencia común. Es lo más barato y no podemos permitirnos otra cosa. No quisiera ser profeta, pero antes de veinte años esto será una realidad. Eso… o el estado islámico. Nosotros lo decidimos: el indefinido Ciudadanos o el falso Podemos.
Bueno, me tomaré un vinito, que eso anima bastante. A veces, incluso aclara las ideas, siempre que se limite el trago a un vasito o dos.
Francisco Hervás Maldonado. Coronel Médico en la reserva.