JOSE-ANTONIO-CABRERA-MARTINEZ

Articulo de opinión de José Antonio Cabrera Martínez, periodista y escritor, publicado en «Onda Guanche» el sábado 17 de mayo de 2014.

El 14 de Mayo, tuvimos el honor de asistir invitados, al Acto Conmemorativo de la Fundación de la Guardia Civil, en Las Palmas de Gran Canaria, presidido por el Coronel Jefe de la Comandancia, con asistencia del Subdelegado del Gobierno Central, del Fiscal Jefe del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, del General Jefe de la Brigada de Infantería y del Presidente del Cabildo Insular, entre otras Autoridades Civiles y Militares, en el Salón de Actos del Centro de Coordinación Regional de Canarias, que estaba totalmente lleno, y al que estaban invitados todos los medios de comunicación y al que acudieron solo unos pocos.

Tras la lectura del Decreto Fundacional del Benemérito Instituto, y la entrega de Condecoraciones del Mérito de la Guardia Civil concedidas al Personal del Cuerpo, el Coronel Jefe pronunció una alocución, que se nos resultó muy documentada y entretenida, llena de anécdotas personales de su Fundador Francisco Javier Girón y Ezpeleta, Duque de Ahumada y Marqués de las Amarillas, que nació en Pamplona  en 1803 y falleció en Madrid en 1869.

Su familia pertencía a la Aristocracia Militar al ser su padre Pedro Agustín Girón de Las Casas General, Duque y Marqués y descendiente de un Maestre de la Orden de Calatrava. Su madre Concepción Ezpeleta Enrile, era hija del General José Manuel de Ezpeleta y Galdeano, Conde y Virrey de Navarra.

Pues bien, el hijo de tan ilustres progenitores, con tan solo 12 años inicia una brillante carrera militar, ascendiendo rápidamente, avalado además por heroicos hechos de armas y una lealtad inquebrantable a la Corona, con Fernando VII, Isabel II y posteriormente a la Reina María Cristina de Borbón, alcanzando el grado de Mariscal de Campo y el nombramiento de Inspector General MIlitar. En Noviembre de 1846, fue nombrado Teniente General y comandante General del Cuerpo de Alabarderos, siendo además Senador en dos ocasiones.

El 15 de Abril de 1844, el Gobierno apreciando sus dotes de organización, meticulosidad y capacidad de trabajo, le designa para formar el primer Cuerpo de Seguridad Publica en España: la Guardia Civil, tarea a la que se entrega totalmente, formando a sus hombres con rígida instrucción y primando los valores de la disciplina, honradez y entrega a los demás, y siempre subordinado al Poder Legalmente Establecido. La Guardia Civil, fundada por el Duque de Ahumada el 13 de Mayo de 1844, es un Instituto Armado de naturaleza militar, que forma parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, para proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades de los españoles y garantizar la seguridad ciudadana, bajo la dependencia del Gobierno de la Nación.

Pero volvamos al principio, volvamos al titular de este artículo: “En el Aniversario de la Fundación de  la Guardia Civil. Un olvido imperdonable”. Y lo decimos por la siguiente razón: ¿como es posible que Madrid, la Villa y Corte, la Capital del Reino, la Ciudad donde el Duque de Ahumada se dedicó totalmente a su Obra querida “Su” Guardia Civil, la Ciudad donde entregó su alma al Señor,  todavía no le haya honrado dedicandole una calle a su nombre?. ¿Como es posible que las sucesivas Corporaciones Municipales, de todo signo político, hayan dejado pasar años y siglos sin perpetuar, este ilustre ciudadano, militar, noble, político y sobre todo patriota, sin rotular una calle, por modesta y de barrio que sea, a este Hombre, con mayúsculas?. ¿Como es posible que la enorme Madrid, que tiene un montón de calles dedicadas a flores, plantas, frutos, animales y personajillos de medio pelo, no tenga una calle con el glorioso nombre de: “Duque de Ahumada”?. ¿Como es posible este olvido imperdonable?.

 José Antonio Cabrera Martínez, periodista y escritor

ONDA GUANCHE