A lo largo de los próximos días reproduciremos una serie de artículos de nuestro colaborador Ángel Boya Balet. Ésta es la segunda entrega, esperamos que los disfruten.
«Cuando España es fuerte es peligrosa». Afirmaba de Henry Kissinger1 en1973, masón de alto grado. Se refería al Nuevo Orden mundial y masónico, bajo la batuta de los anglosajones, que se está estableciendo.
Con el objetivo de desmembrar a España, destruir la Nación española y someterla a los intereses anglosajones, nos han acostumbrado a que la Patria no existe, que es una ficción. Para que aceptemos su inexistencia la ridiculizan. Es de buen tono desprestigiar a España, su historia y sus símbolos. Así se creen, los que lo hacen, que ellos son alguien, que conocen la Historia. Desprecian a España desde su ignorancia, potenciada a través de las 4 leyes generales de Educación impuestas por el PSOE para convertir a los españoles en dóciles marionetas.
Y lo hacen porque desconocen, se lo han impedido esas leyes, las gestas de España que no tienen paragón en la historia del mundo.
En el siglo VI España fue la primera nación constituida en Estado en Europa. Hemos sido la única nación capaz de expulsar a los mahometanos de un territorio que ellos ocuparon y que pretenden, hoy en día, obsesivamente recuperar. Conquistamos y civilizamos todo un continente: Hispanoamérica. Fuimos el primer ejército regular que derrotó al ejército imperial francés (Bailén, julio 1808). El proceso de industrialización, modernización y desarrollo económico de España, ya en el siglo XX, supera con creces lo realizado por cualquier otra nación en cuanto a logros económicos alcanzados.
Para anestesiarnos se impuso que ETA entrara en las instituciones y fuese subvencionada por el Estado de España, a pesar de que su objetivo último sigue siendo destruir el Estado Español y a pesar de que no se ha desarmado. ¿Para qué? Nos han acostumbrado a que se premie a quienes fomentan el independentismo y la destrucción de España. (Recientemente Rajoy ha otorgado la medalla al mérito constitucional a los jueces del TC que autorizaron que Bildu (testaferro de ETA) ocupase cargos públicos).
Para anestesiarnos quedaron impunes los pactos de Carod-Rovira con ETA para que no asesinase en Cataluña y lo hiciese en el resto de España.
Para insensibilizarnos el jefe del Gobierno de España, el masón ZP, impulsó el Estatuto catalán, que pone a España de rodillas ante Cataluña. Así que los españoles aceptamos ser una colonia de Cataluña.
La independencia de un país es algo vital, lleno de emociones y de vivencias en pro y en contra, que se consigue por la fuerza y con sangre, como la secesión se impide también por la fuerza y con sangre. Y sin embargo la independencia de Cataluña y Vascongadas se nos va narrando poco a poco, trivialmente, como si fuera un espectáculo, ante la sorpresa e incredulidad de los españoles, para que nos vayamos acostumbrando, insensibilizando, mientras Rajoy y Rubalcaba celebran reuniones secretas con su amigo Arturo Mas, en las que acuerdan cuánto y cómo explotar a España.
Para bloquearnos los Gobiernos masónicos de España fomentaron que 188 ayuntamientos catalanes se proclamaran independientes de España, que se celebraran 170 referendums en Cataluña, que se produjeran continúas proclamas separatistas hechas por líderes de la opinión pública o por monigotes, que se desarrollase la guerra de las banderas por la que un sinfín de municipios catalanes se negaron a exhibir la bandera nacional en el sitio más visible del ayuntamiento, en contra de la Ley vigente en todos los países del mundo. Finalmente que se constituyese la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI) a la que se han adherido 668 municipios de los 947 que hay en Cataluña. Todo esto para anestesiar a los españoles.
Lo que sigue parece de chiste: «El parlamento de Cataluña, cuya autoridad deriva de la Constitución Española, declara el 23/I/2013 su decisión de independizarse de España. Hasta el 8/III/2013 Mariano Rajoy (Presidente del Gobierno de España) se encoge de hombros y en esa fecha se limita a preguntar al Tribunal Constitucional (TC) si ese acuerdo es legal. El cachondeo continúa un mes más tarde cuando el (TC) pide al parlamento de Cataluña si está vigente o no su declaración del 23/I/2013 o si la ha sustituido por otra de fecha 13/III/2013. Mientras el Gobierno de España y el (TC) deciden si son galgos o podencos, los independentistas siguen desarrollando su proyecto y exigiendo a Rajoy que lo vaya pagando con cargo a los presupuestos generales de España. Como reza el dicho «Además de p… a poner la cama». ¡Y se nos explica que es lo normal, que lo aceptemos!
En el colmo de lo esperpéntico Arturo Mas pide a los españoles, (a la vez que nos acusa de robar a Cataluña) que favorezcamos su proceso de independencia y que se facilite que los independentistas se apropien de las multimillonarias inversiones que España ha realizado en Cataluña a lo largo de los siglos.
También nos anestesiaron con la supresión sistemática de pruebas y la aportación de falsas efectuada con el consentimiento de los Gobiernos masónicos de España para que se desconozca la autoría de la masacre del 11M.
Nos hace dudar de quienes somos tanto la visita del Ministro de Asuntos Exteriores, Moratinos, a Gibraltar (con el reconocimiento implícito de las autoridades del Peñón) renunciando a la tradicional reclamación de ese territorio español, como el silencio del Gobierno español ante el ametrallamiento de la bandera española en aguas españolas próximas a Gibraltar repetidas veces.
El desprestigio de la nacionalidad española se potencia no sólo desde las regiones que se proclaman no españolas (Cataluña, Vascongadas y Galicia). Se manifiesta en Castilla, Aragón, Andalucía, etc. donde es frecuente insultar, ridiculizar y a veces agredir, a quienes llevan símbolos patriotas. Nos han acostumbrado a las ofensas reiteradas contra los símbolos de la Patria. La bandera de España, dicen, es un trapo pintado, no así las de UGT o CCOO.
En el mundo económico, el único que la masonería nos ha hecho creer que existe se difunde la idea de la nulidad de los españoles para competir en él, que se plasma en tópicos como el de que «España no exporta». Se ignora que en proporción al PIB, tras Alemania, España, HOY, es la máxima potencia europea en exportaciones. Se ignora que en 2013, cuando los principales exportadores europeos, Alemania incluida, ven reducirse sus exportaciones España las incrementa.
¡Todo es aceptable! ¡No debemos indignarnos! Como en los campos de concentración comunistas y nazis donde los derechos humanos se ignoraban y pisoteaban, ante la indiferencia de quienes los presenciaban.