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Os traemos a nuestra sección de cultura la nueva novela de nuestro colaborador y amigo de Circulo Ahumada Luis Anguita Juega«ESTA NOCHE VOLVERÉ A BUSCARTE»

Luis Anguita Juega nació en Madrid. Con 27 años, tras aprobar las oposiciones de la Carrera Fiscal, se traslada a Barcelona donde reside durante 10 años en San Andrés de Llavaneras, y desde el año 1999 vive en La Coruña. Es un apasionado de la docencia y da clases en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Coruña y en la Escuela de Práctica Jurídica del Colegio de Abogados de esa ciudad, también acude donde quieran escucharle para compartir experiencias y conocimientos.

En 2011 publica su primera novela, Mi lugar. Mi pequeño sueño, en 2012 Siempre habrá un lugar para soñar, en 2013, Donde esta tu destino, a partir del 6 de abril comenzaron a llegar a las librerias la que es su cuarta novela «Esta noche volveré a buscarte«, donde nos va a narrar «una historia de personas muy sencillas, muchas de ellas condenadas al fracaso en su vida, que buscan cumplir sus sueños, sus ideales y forjar la amistad», explica en una entrevista concedida a EFE.

Pero además de esos personajes cercanos que «tratan de encontrar un lugar en el mundo», hay otra historia, la de «un joven que quiere comerse el mundo, un abogado fichado por un gran bufete que da un giro a su vida y se moverá por el rencor y el odio». La suya será una «vida con éxito profesional pero vacía», marcada «por el egoísmo y la soledad, un chico sin sentimientos, al que le rompieron una vez el corazón», que avanza por «una novela de soledad, en la que el más poderoso es también el más solitario». «Es un personaje perfecto en la sociedad moderna, en la que, para triunfar, hay que aplastar a los demás», sostiene el escritor.

SINOPSIS:

¿Qué hacer cuando está en tus manos el destino de otras personas? ¿Es fácil entonces tomar la decisión correcta?

Javier, un profesional de la seguridad del estado, siempre ha sido frío y calculador. ¿Qué ocurre para que por primera vez se plantee si debe seguir adelante con el plan marcado?. Cristina, Diego, Marcos, Gloria, varios personajes a los que les puede cambiar la vida de un momento a otro y ellos no pueden hacer nada por evitarlo.

Una historia sobre el egoísmo, la ambición y el triunfo profesional, sin darse cuenta de que la felicidad no está en el dinero o en el poder.

Estas son algunas de las frases que podras encontrar al leer esta apasionante y conmovedora novela, sobre la humanidad, la soledad, el amor y la esperanza de unas personas que buscan su lugar en el mundo

«Puede que estés amargado en tu vida, quién sabe; quizás sea por cuestiones banales o incluso por razones realmente importantes.

La amargura la llevas en tu interior y no te das cuenta de que no te conduce a nada, sólo sirve para que desperdicies tu existencia y para que te impida valorar todo lo que tienes.

El día que lo descubras, quizás ya sea demasiado tarde. Perdiste la oportunidad de valorar lo que realmente vale la pena, y de ser feliz.”

“Cuando la tarde se acercaba a su fin, con ella acurrucada sobre él, se taparon la desnudez que antes tanto habían buscado. Los dos habrían permanecido así un tiempo indefinido, quizás hasta la noche, en que habrían tomado cualquier cosa y se habrían vuelto a unir, pero a veces todo dura demasiado poco.

El teléfono decidió romper ese instante de unión entre ellos. Javier hubiera deseado tirar el teléfono, cortar la llamada, no hacerle caso, pero sabía que no era posible, que no podía hacer desaparecer el porqué estaba aquí y toda la maquinaria que representaba, de la que él simplemente era una pieza. Cogió el móvil siendo consciente de que aquella llamada rompía…”

“No quería estar pendiente de ella mientras me alejaba, de hecho, no miré hacia atrás, pero es increíble cómo se activan los sentidos en situaciones de máxima tensión y aquella había sido la más alta de mi vida. Sentía, aún antes de que se escuchase, su congoja, su llanto mudo. Intentaba no llorar. Aunque nadie más lo percibiera, lo vi, aunque no mirase hacia atrás mientras me alejaba, sabía que estaba parada, encogida en sí misma, sintiéndose sola, humillada, incapaz de hablar, de decir nada. Sus ojos estaban humedecidos por unas lágrimas que iban cayendo en su rostro, aunque ella intentara que no salieran. Escuché su interior, cómo se sentía inmensamente sola y perdida en esos momentos, que su ilusión, la alegría que ella tenía, su esperanza, todo había muerto por una tristeza que se apoderó de ella.

Todo eso lo supe mientras me alejaba y no miré hacia atrás porque, si lo hubiera hecho, ya no podría seguir, me habría acercado hasta ella derrumbado yo también en mis sentimientos, pidiéndole perdón, y no cabía marcha atrás, lo había sabido desde siempre. No paré mis pasos, era mejor actuar como había hecho, como un cobarde. Ella me odiaría y yo tendría que olvidar.”

“Te dirás que son palabras de un viejo, tómalas como las de un amigo con experiencia: cuando te equivocas y caes muy hondo, puede que no consigas cambiar las cosas de una vez por mucho que lo intentes desesperadamente. Si intentas llenar una botella con un chorro de agua a presión, todo se irá fuera y no lo conseguirás, sólo servirá para que se pierda una gran cantidad de agua, pero una gota continua, sin rendirse y sin pensar que es demasiada la cantidad de agua que hay que meter, al principio no se notará, pero acabará llenando esa botella sin que se haya derramado nada. Busca tu camino y encontrarás el modo de conseguirlo.”

“A veces en nuestras vidas el tiempo transcurre muy deprisa, y hay mucho que contar y no es posible resumirlo en pocas palabras, y a veces el tiempo está vacío, nada importante pasa en nuestro caminar diario, nada hay que contar y el tiempo parece detenerse como si nunca fuera a pasar y pudiera ocurrir algo que valiese la pena en nuestra vida.

Durante diez meses, así fue la vida de Javier, una rutina diaria, una falta de ilusión, de esperanza, nada había en su vida que valiese la pena destacar. El tiempo transcurría muy lento, cada hora podía ser una losa pesada y terrible en su angustia interior. La vida no corría, todo estaba detenido para él, nada había que le importase realmente. Su existencia era una rutina. No existía la ilusión, vegetaba en su existencia, esperando únicamente a envejecer, porque su espíritu en esos momentos era el de alguien que no espera nada de la vida, sólo que pasaran los días hasta llegar al final.

Pero un día puede producirse un cambio que acaba con esa rutina, a veces es el fin, a veces puede ser esperanza o simplemente ya no queda más camino por recorrer y todo terminó.”

“Dije que estaba cansado, y me eché a dormir, con los ojos cerrados, para que mi mente viajara pensando en ellos. Sé que soñé que volvía a estar en el barrio, que los veía a todos aunque no lograba distinguirlos ni ponerme en contacto con ellos. La realidad era que… Dormí y descansé bastantes horas, mientras soñaba y soñaba con lo que pudo haber sido mi vida y no fue. ”