boyabalet

A continuación publicamos un nuevo artículo del columnista Ángel Boya Balet. Esperamos que lo disfruten.

Cuando los dirigentes y afiliados de un partido político celebran los resultados obtenidos en unas determinadas elecciones, los otros, los afiliados celebran alborozada e ingenuamente que se va a gobernar con lo que suponen que es su ideología.

Los UNOS, los dirigentes, no celebran que vayan a poder plasmar en leyes sus planteamientos programáticos, sino exclusivamente que les ha llegado la hora de las vacas gordas y se van a balancear más aún en la hamaca de la corrupción. Es decir van a poder repartir cargos y prebendas entre sus amiguetes y van a estar más cerca del dinero público. Celebran que el chollo está más cercano.

El objetivo esencial de un partido político es que la legislación refleje una determinada visión de la Sociedad, no es participar en el Gobierno. Por ejemplo si se pensase que el aborto es un asesinato el objetivo del partido que tuviera ese principio entre sus valores (ninguno actualmente en España) debe ser que la legislación impida su práctica.

La manera de plasmar la ideología de un partido en la legislación puede perfectamente lograrse sin que ese partido «disfrute» del gobierno nacional. Lo mismo puede decirse a los niveles municipal, regional, etc. De hecho, partidos nacionalistas (PNV y CIU) han conseguido sus objetivos sin participar en el Gobierno de España. Por ejemplo la inmersión lingüística, es decir la supresión del idioma español de la enseñanza. Otro ejemplo: imponer una enseñanza de la Historia que nada tiene que ver ni con la Historia ni con la enseñanza de la Historia que se enseña en el resto de España.

Para mayor abundamiento me permito afirmar que un partido político podría ser más coherente con sus valores y principios (en España ningún partido los tiene) actuando fuera del Gobierno que desde él. Si un partido alcanza los suficientes votos para hacerse con el Gobierno debe adaptar su programa a sus posibles soportes parlamentarios (el actual caso de España)1. Es decir debe someterse a los intereses siempre bastardos de los socios posibles, pero el botín, el acceso a LA CORRUPCIÓN bien vale esa adaptación.

Aún en el caso de obtener el Gobierno por mayoría absoluta también estaría hipotecado con sus posibles socios, para en futuras legislaturas, poder obtener su apoyo y mantener el chollo del Gobierno.

Aunque parezca incongruencia, desde el Gobierno se cede mientras que desde fuera de él se exige. Así que poco a poco y desde una oposición honesta con sus posibles principios se puede ir imponiendo todo el programa de un partido.

Resulta curioso desde este punto de vista que los actuales altos cargos del PSOE intentan que sus militantes les sugieran ideas para que ellos puedan seguir en el machito. Cuando la coherencia exige: primero tener ideas, valores y después ofrecer aplicarlas a través de un partido político. Ellos no, el partido «existe» y «ellos» están en su cima. «A ver qué se nos ocurre para que nos voten y nos busquen acomodo», piensan.

Por eso cabría que un partido renunciase desde su afirmación programática básica a ocupar cualquier puesto en un Gobierno, incluso teniendo mayoría absoluta, pero eso implicaría una honradez inimaginable en un político.

Las disquisiciones anteriores en el fondo son pura retórica porque en España tanto PP, como PSOE como la mayoría del resto de los partidos están infiltrados y dominados por la masonería por lo que en sus principales objetivos coinciden: desmembrar a España y destruir las profundas raíces del cristianismo en la sociedad española, lo que es palpable.