ETARRAS-JUICIO

La Fiscalía pide 377 y 385 años de prisión para los dos terroristas que atentaron contra Esther Cabezudo en 2002

La Fiscalía solicita 377 y 385 años de prisión para los dos etarras que intentaron asesinar en 2002 a la entonces teniente de alcalde de Portugalete, Esther Cabezudo, del PSOE, con un carrito bomba. A las 9 y 10 minutos de la mañana del 28 de febrero, los etarras Jon Kepa Preciado y Jon González accionaron el mando que hizo estallar el explosivo que contenía el carrito de la compra, ubicado en una calle por donde solía pasar Cabezudo camino al trabajo. Por allí transitó la concejal socialista, con su escolta, pero lo hizo por la acera contraria al carrito; un detalle que le salvó la vida.

La Audiencia Nacional comienza el jueves 11 de junio el juicio a los dos etarras, miembros del comando Jata, quienes están acusados de veinte delitos de asesinato terrorista en grado de tentativa y un delito de estragos terroristas, al que se suma un delito de integración en organización terrorista en el caso de Jon González. El atentado provocó lesiones a veinte personas, así como numerosos desperfectos en los inmuebles de la zona, en torno a la calle Casilda de Iturrizar de Portugalete, cerca de la vivienda de la concejal.

La Fiscalía, en su escrito de acusación, argumenta que los dos etarras eran conscientes de la «potencia destructiva del explosivo» —casi veinte kilos de dinamita—, «susceptible de causar la muerte a cuantas personas transitasen por el lugar». Por estos hechos, ya fueron condenados a 377 años de prisión el que fuera jefe militar de ETA, Garikoitz Aspiazu alias «Txeroki», y sus compañeros del comando Olaia Idoia Mendizabal y Asier Arzalluz, quienes estudiaron la vida diaria de Cabezudo, «decidieron causarle la muerte» y prepararon el carrito bomba utilizado en el atentado.

Los etarras del comando Olaia, además, habían alquilado un piso en Amorebieta, Vizcaya, para habitar en él y poder preparar sus acciones en la clandestinidad, así como una lonja en Galdácano para almacenar armas, explosivos y otros efectos. El comando Jata formado por Jon Kepa Preciado y Jon González tenía como misión, precisamente, prestar apoyo al siniestro comando de Txeroki.

En el juicio a Mendizabal y Arzallus, en marzo de 2011, la edil socialista declaró que el atentado le había cambiado la vida. Seguía de baja por el estrés post-traumático y con miedo de salir a la calle sola. Su escolta también resultó gravemente herido. «Si hubiésemos pasado exactamente por el lado del callo está clarísimo que no estaría aquí», afirmó.

La fiscalía también pide que los dos terroristas indemnicen a las veinte personas heridas en el atentado por las lesiones y secuelas provocados y que cubran los desperfectos ocasionados, cifrados en más de 970.000 euros, entre inmuebles y vehículos destrozados. En el escrito de acusación, el fiscal también solicita que a los dos terroristas se les prohíba volver a Portugalete, acercarse a las víctimas y comunicarse con ellas por un plazo de cinco años.

ABC