El primer cajero automático que funciona mediante reconocimiento facial ya es una realidad. El proyecto es obra de un equipo de la Universidad de Tsinghua -en Pekín-, en colaboración con la firma de seguridad Tzekwan Technology, especializada en transacciones financieras.
Gracias al uso de la tecnología de reconocimiento facial, sólo los titulares de las tarjetas podrían sacar dinero, ya que incluso en caso de robo, al delincuente no le bastaría con la contraseña para acceder al dinero. Una cámara escanea los rasgos de la persona que está usando la tarjeta y, sólo si reconoce los de su propietario, permite continuar con la operación. El usuario puede seguir el proceso a través de una pequeña ventana que se abre en la esquina superior izquierda de la pantalla del cajero. Los medios chinos aseguran además que este cajero también está por encima de otros cuando de lo que se trata es de reconocer billetes falsos, y que puede cambiar los yuanes chinos por otras 256 monedas extranjeras distintas.
Para Gu Zikun, presidente de Tzekwan Technology, una de las grandes ventajas de esta tecnología es el hecho de que China no tenga que depender de un sistema extranjero. De hecho, estamos ante el primer invento en materia de seguridad financiera del que China posee la propiedad intelectual.
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