Publicamos un artículo de opinión de nuestro querido colaborador el coronel médico Dr. Francisco Hervás Maldonado.

 Esta historia tan mañosa,

Escrita por Muñoz Seca,

A fuer de ser horrorosa Se muda en una babieca.

El ripio y el astracán

Se dan el pico sabroso,

Para que cualquier león Se canse de hacer el oso.

De Magdalena a Azofaifa,

Pasando por Berenguela,

Don Mendo se las camela Y si puede, las refaifa.

Comienza nuestro rosario

Hablando de los Quiñones,

Que siempre son necesarios Para asaltar torreones.

Y Don Nuño, picaruelo,

Se tima con la Ninón,

Pues aunque le guste el duelo

Es un poquito pendón,

Como lo fuera su abuelo.

Don Nuño ha chamarilado

Un matrimonio señero,

Por lo que se ha camelado Al cabestro de Don Pero, Un valido acaudalado.

Y Magdalena, proclive

A la vida regalada,

Le dice a Papá que vive,

Esperando ilusionada,

Que el Privado se la prive,

Dejando de ser celibe

Para poder ser preñada.

Hace mutis Nuño el viejo

Y asoma por la ventana

El amante titular,

Porque siempre, el muy pendejo, A esta hora tan temprana, Suele venir a… rondar.

Y dice que se arruinó

Jugando ayer a las cartas.

Que bebió, se calentó

Y cometió muchas fartas En ese juego caló.

Como es hombre prevenido Encuentra una solución:

Salir volando del nido

Para escapar del follón, Llevándose de camino A la niña del pendón.

Magdalena da el reculo

Y Don Mendo, hombre de honor,

Prefiere ser un deudor A convertirse en un chulo.

Propone, con buen criterio,

Optar por la puñalada,

Asestando una estocada

Y que luego el reververio Se lo atice la finada. Es ingenioso el remedio, Pero la titi no traga.

Al final manga una joya,

Por consejo de la já,

Que una cosa es no ser ná Y otra ser un «gili-joya».

En esto por la vertiente

Que gasta para escapar

Aparece el pretendiente

Con ganas de cornear,

Tiran de maca y achuchan,

En la faz del propietario

Y como no desembuchan

Se monta un escapulario

Gritón como una garrucha (Por no decirle ordinario). Don Mendo dice que es

Aficionado al descuido,

Y aunque tú no te lo crees,

Se lo merienda el valido

Y humilla como una res.

Pasa el tiempo y el marqués,

Mohíno y encarcelado,

Se siente muy apocado Por no saber qué día es.

Entonces, el carcelero

Le larga que se lo apiolan, Pero antes (y lo primero) Acuden y le interrogan.

Él sostiene la defensa

De Magdalena honorable,

Pero luego viene y piensa

Que es una gachí execrable, Más no revela la ofensa.

Y cuando se dan el bote

Arriban falsos verdugos,

Guiados por su amigote, Con un finado desnudo Para dar el cambalote.

Emparedan al fiambre

Y Don Mendo, decidido, Sin más demora se abre,

Aunque va muy deprimido.

Algunos meses después

El mester de juglaría

Asoma por entremés

En esta barbarie mía.

Un campamento ramplón

Recibe al rey castellano,

Con un juglar resultón

Que tiene muy buena mano

Para el canto y el bailón,

Como cualquier bujarrón O cualquier lagarterano. El juglar, bello ejemplar,

Las mira y las enamora,

Provocando el suspirar

De cristiana, judía y mora.

El caso es que Nuño y Pero

Descubren que Magdalena

Es un pendón retrepero,

Como su tía lo fuera,

Como su padre y su abuelo (¡Ah, genética rastrera…!).

Y el asunto ¡natural!

Termina muy malamente Con espadas, un puñal, Y diñándola la gente.

Don Pedro, el brillante autor,

Era nativo del Puerto

Y fue víctima precoz De un drama tremendo y cierto: El de la guerra entre dos

Energúmenos violentos,

Españolitos de coz

Que solo saben de muertos Y prefieren apiolarse

A compartir cualquier sueño.

En La Comedia estrenada

Fue La Venganza primero

Y ha sido representada

Miles de veces con éxito,

Filmada, televisada,

Y editada con esmero.

Entre los «Mendos» famosos

Deberemos destacar

El inicial musicoso

De Moreno Torrobá,

El de José Luis Ozores,

De Manolo Gómez Bur,

Saza, Sender… Los honores De Gustavo Pérez Puig, El rey de los directores.

Hay otros dos más noveles,

De Azpilicueta y Tricicle,

Sender borda los papeles Y los otros… «cicle sicle».

En los de televisión,

Merlo y Leblanc formidables, Gómez Bur (otra ocasión) Y Saza, el inimitable.

Esta última versión,

Si la pueden obtener, Es sin duda la mejor.

El cine de Fernán, grato,

Con la Paloma Valdés,

Tampoco tontada es, Aunque quede algo barato.

Vicky Lussón, Luis Varela,

Maruchi Fresno, Guillén,

Todos ellos lo hacen bien Y todos tienen abuela.

La música de Llovet,

La versión de Alfonso Ussía

Y Gustavo Pérez Puig

Convierten en maravilla

A Don Mendo y a Landrú.