Tan cerca de Madrid y tan lejos,

Guadalajara a menudo queda relegada por su poca distancia con la capital de España, porque siempre se deja para más tarde, porque «ya iremos». Tal vez la capital, en este caso de la provincia, no sea su mejor reclamo ni carta de presentación y es por eso, y porque son ellos los que suelen emigrar a diario a la villa y corte, por lo que habitualmente nos olvidamos de ella.

Solo necesitarás esa hora para escaparte de la locura del ritmo madrileño y dar con los pueblos más bonitos de Guadalajara, villas en las que el tiempo va más despacio, aunque en un abrir y cerrar de ojos te telatransportes a un rico pasado de leyenda. Si eres de los que gusta de descubrir los pueblos más bonitos de las provincias de España, aquí tienes unos cuantos más para añadir a tu lista de pendientes.

Atienza

Cuentan las viejas crónicas que el castillo de Atienza llamó poderosamente la atención del Cid Campeador y por eso está más que reflejado en su Cantar. En plena Serranía de Guadalajara y sobre un promontorio, domina un pueblo con gran legado arquitectónica que protagoniza su más de una decena de iglesias. en torno a sus plazas, entre las más bellas de Castilla.

Dónde comer: El asado de cabrito del Gastro Espacio Alfonso XIII es motivo suficiente para que vayas ya a Atienza. Ojo, que hay que reservarlo con antelación.

Dónde dormir: Dentro del pueblo de Atienza se encuentra el antiguo Convento de Santa Ana, recientemente rehabilitado y convertido en un moderno, acogedor y recomendable hotel.

Brihüega

Es aquí. Aquí están los más famosos campos de lavanda, no busques más. Además, a solo media hora de Guadalajara, Brihuega es uno de los pueblos más bonitos de la provincia por su Puerta de la Cadena, el Arco de Cozagón, la calle Mayor, la plaza del Coso, las iglesias de Santa María, San Miguel o San Felipe y la Real Fábrica de Paños, nada menos.

Dónde comer: Otro cabrito asado de excepción es el de Princesa Elima, en este pueblo. Sus chuletillas de cordero también son de salivar.

Dónde dormir: En los mismos muros de la Real Fábrica de Paños, Castilla Termal Brihuega es uno de los mejores hoteles con spa cerca de Madrid.

Cifuentes

Su nombre, se debe a las cien fuentes de las que nace el río homónimo que ha dado prosperidad a la localidad. Este pueblo alcarreño destaca por su castillo, el Castillo de Cifuentes o Bastión de Don Juan Manuel (el autor de ‘El Conde Lucanor’). La muralla, con su Puerta Salinera, la iglesia de San Salvador o el convento de San Blas son otros imprescindibles de uno de los pueblos más bonitos de Guadalajara.

Dónde comer: El mesón Casa de los Gallos es el mejor restaurante para comer una batería de platos típicos caseros, desde las croquetas al morteruelo.

Dónde dormir: El hostalito rural Las Secuoyas es lo único que hay en el pueblo y satisfará con encanto tu necesidad de desconexión y descanso en una casona familiar junto a la Plaza Mayor que lleva siendo fonda desde hace más de un siglo.

Hita

El cerro chato de Hita es clave para entender su importancia, pues ahí se asentaba un relevante castillo del que apenan quedan restos. Mejor conservada está la llamada puerta de Santa María, la mayor que poseía la localidad, que se cruza para llegar a la plaza del Arcipreste. La visita la completan las ruinas de la iglesia de San Pedro o el templo dedicado a San Juan Bautista. No te pierdas, si puedes, su festival medieval.

Dónde comer (y dormir): Hay buena gastronomía local en Hita y el económico menú de La Posada de Rosa es un buen punto de partida para explorarla, además de dormir con encanto en esta localidad. Pruebas sus migas o sus judías con oreja.

Molina de Aragón

Otra con (enorme) castillo como protagonista. Otra villa de estampa. Sube arriba y disfruta de la panorámica para, al bajar, ir dando con rincones y monumentos imprescindibles como la iglesia de Santa Clara, el conjunto de la plaza de San Francisco y su monasterio la iglesia de Santa María la Mayor de San Gil.

Dónde comer: Buena comida y buen trato encontrarás en El Castillo saboreando su oreja con calamar o su jarrete de cerdo.

Dónde dormir: La histórica Casona Parador de Santa Rita cuenta con coquetos apartamentos para hasta 4 personas entre sus cálidos muros de piedra.

Pastrana

Considerado uno de los pueblos más bonitos de España por la asociación del mismo nombre, Pastrana tiene historia e historias para rato. En el Palacio Ducal estuvo cautiva la princesa de Éboli, asomada a la plaza solo una hora al día. El Museo Parroquial cuenta con una magnífica colección de tapices y todo el casco central es una joya digna de descubrir.

Dónde comer: En el Mesón Castilla, las migas al estilo Pastrana, la sopa castellana y los postres son un éxito seguro.

Dónde dormir: Un histórico edificio señorial del siglo XVIII totalmente remodelado, parte de la remarcable Plaza de los Cuatro Caños, acoge hoy al hotel Palaterna con apenas una decena de sencillas pero apetecibles habitaciones.

Sigüenza

Visitar Sigüenza es visitar la historia en un puro eje cronológico. Tras los vestigios de celtíberos, romanos, visigodos y árabes se impone una villa medieval que va a dejarte atónito. El castillo (otro recomendable Parador) se alza sobre un empinado casco viejo con la Casa del Doncel, la iglesia de San Vicente o de Santiago como visitas obligadas. Los restos de murallas y la impresionante catedral cisterciense, con su imponente interior de bóvedas y mausoleos, completan el fin de semana en uno de los pueblos más bonitos de Guadalajara.

Dónde comer: Dos estrellas Michelin, por si fuera poco, certifican el nivel de su gastronomía. El Doncel, en la misma ciudad, y El Molino de Alcuneza, donde Samuel Moreno homenajea al Valle del Henares entre fogones.

Dónde dormir: El Molino de Alcuneza es un delicioso Relais & Châteaux a un agradable paseo en bici (o caminando) desde ella, para dormir, comer (y casi no salir).

Tamajón

Tamajón es conocido por ser la puerta de entrada a los pueblos negros de Guadalajara, a pesar de no ser enteramente de este tipo de arquitectura. Merece mención especial no solo por su patrimonio histórico-artístico, donde destacan la iglesia románica de Nuestra Señora de la Asunción y los palacios de Montúfar y Mendoza. También por su propia Ciudad Encantada, un parque geológico de formaciones rocosas similares a las que pueden encontrarse en Cuenca.

Dónde comer: En el Portón de Sonsaz ofrecen un menú de fin de semana de rica comida casera y típica con una relación calidad-precio estupenda.

Dónde dormir: Dormir en una antiquísima casa-museo y conocerlo todo sobre la vida en ese mismo lugar siglos atrás es posible en las cuatro habitaciones de La Posada de TamajónTamajón es conocido por ser la puerta de entrada a los pueblos negros de Guadalajara, a pesar de no ser enteramente de este tipo de arquitectura. Merece mención especial no solo por su patrimonio histórico-artístico, donde destacan la iglesia románica de Nuestra Señora de la Asunción y los palacios de Montúfar y Mendoza. También por su propia Ciudad Encantada, un parque geológico de formaciones rocosas similares a las que pueden encontrarse en Cuenca.

Dónde comer: En el Portón de Sonsaz ofrecen un menú de fin de semana de rica comida casera y típica con una relación calidad-precio estupenda.

Dónde dormir: Dormir en una antiquísima casa-museo y conocerlo todo sobre la vida en ese mismo lugar siglos atrás es posible en las cuatro habitaciones de La Posada de Tamajón.

Este pequeño y pintoresco pueblo es el mejor representante de la famosa ruta de Los Pueblos Negros. Rodeado por un entorno natural excepcional, con la espectacular cascada de la Chorrera (más de 120 metros de caída) como reina, un paseo por sus calles te llevará a toparte con su plaza mayor, muy peculiar con su zona dedicada a los juegos tradicionales, y su iglesia, todo a base de pizarra y madera.

Torija

Puerta de la Alcarria, muralla y castillo son imponentes en Torija. Su castellanísima Plaza de la Villa y su iglesia de la Asunción, con torre cuadrada, son otros ‘spots’ de foto. Dato curioso: dentro del castillo puedes visitar el museo del libro ‘Viaje a La Alcarria’ de Camilo José Cela.

Dónde comer: En el Asador Pocholo hay un plato al que rendir pleitesía: el cordero.

Dónde dormir: Y comer también, por qué no. El hotel rural y restaurante El Salero presume de ser donde descansaría el mismísimo Cela.

Valverde de los Arroyos

Este pequeño y pintoresco pueblo es el mejor representante de la famosa ruta de Los Pueblos Negros. Rodeado por un entorno natural excepcional, con la espectacular casacada de la Chorrera (más de 120 metros de caída) como reina, un paseo por sus calles te llevará a toparte con su plaza mayor, muy peculiar con su zona dedicada a los juegos tradicionales, y su iglesia, todo a base de pizarra y madera.

Dónde comer: Piedra, chimenea y unas migas y flan casero de aúpa se dan cita en el Mesón Los Cantos.

Dónde dormir: En la casa típica que es el hostal rural Valverde, con unas maravillosas vistas al entorno, habitaciones amplias, bien calentitas y un rico desayuno a la mañana siguiente.

Fuente , Esquire ES .

Redacción, José Ignacio Rentero Vicente.