En la jornada del «Ospa Eguna», apenas 300 personas exigieron que la Benemérita abandone el País Vasco y Navarra
A pesar de que Alsasua disfrutó ayer de una deliciosa climatología de 20 grados a media tarde, apenas llegaro a unos 300 los individuos que participaron en los actos organizados por los simpatizantes de la «izquierda abertzale» de la localidad navarra gobernada por Bildu, para pedir que se vaya la Guardia Civil. De hecho, en la comida se apuntaron unos 250 vecinos en una localidad que cuenta con más de 7700 habitantes, según los propios organizadores.
La jornada transcurrió sin incidentes, aunque al finalizar algunos subieron al balcón de la iglesia para desplegar una pancarta contra la Guardia Civil. Los demás vecinos que no estaban interesados en la «celebración» también tuvieron que soportar que las calles de la localidad aparecieran repletas de pintadas, pancartas y alusiones a la jornada. Incluso en la puerta de la Casa Consistorial pintaron un «Alde Hemendik» (fuera de aquí, en euskera). También tuvieron que soportar que la calle principal del pueblo fuera cortada para que la recorrieran en pasacalles sin la presencia de ningún policía municipal.
En el transcurso del pasacalles un grupo de personas enfundadas con unos buzos negros de plástico y enmascarados representaron una actuación de la Guardia Civil contra los jóvenes, aunque evitaron llevar ningún distintivo que les pudieran relacionar con la Benemérita para evitar posibles denuncias posteriores.
Insultos desde la cobardía
También tuvieron cuidado de no mencionar al cuerpo policial en una pancarta que rezaba «Amenazas, torturas, ejecuciones. Los perros son los enemigos del pueblo». «Perros», (txakurrak en euskera) es uno de los calificativos con los que nombran habitualmente los radicales a la Guardia Civil.
Finalmente, en el pregón que dio fin al pasacalles, quienes se dirigieron a los jóvenes aseguraron que «los pueblos sólo pueden ser ocupados por el pueblo». Pero realmente la mayor parte de los vecinos del pueblo prefirieron disfrutar de la jornada del sábado en otros menesteres, en bares viendo el fútbol o el mundial de baloncesto, paseando por las calles de la localidad o en sus casas.
ABC