BARRIO-BARCELONETA

Jaime Miguel de Guzmán, II marqués de la Mina falleció en Barcelona a los 77 años de edad tras una larga vida dedicada a servir a la Corona en la guerra y en la paz. Su sepulcro permanece en la iglesia de San Miguel del Puerto, construida a iniciativa suya en el corazón de la Barceloneta y denominada así en su honor.

Nacido en Sevilla, su larga vida militar comienza durante la Guerra de Sucesión española. En 1709 solicitó autorización a Felipe V para crear a su costa –ofrecimiento frecuente entonces entre los personajes poderosos económicamente- un regimiento de Dragones, unidad militar mixta capaz de combatir a pie y a caballo. Su regimiento sería denominado inicialmente Pezuela, por su título nobiliario de origen materno y, posteriormente, hasta hoy en día, Regimiento Lusitania. Estuvo a su mando una veintena de años.

En 1774, siendo ya teniente general al frente del ejército español en Saboya durante la Guerra de Sucesión austríaca, participó en la batalla de Madonna del Olmo en la que su querido Regimiento de Lusitania tuvo una actuación mítica, venciendo heroicamente a costa de la vida de dos tercios de sus hombres. Sus componentes, llamados luego los Dragones de la Muerte, recibirán por ello el privilegio de ostentar en la bocamanga tres calaveras con las tibias cruzadas.

Durante estos años, Jaime de Guzmán intervino en múltiples combates al frente de su regimiento en el Mediterráneo, como Barcelona (1714), Cagliari (1717), Messina y Melazzo (1718), Ceuta (1720) o Gibraltar (1727). Ya como mariscal de campo –equivalente a general de división-, combatió en Orán (1732), como teniente general en Bitonto (1734) y como capitán general en Aspremont (1743).

Servicios civiles

Marqués de la MinaGrabado del marqués de la Mina

Esta prolífica actividad bélica no excluyó el desempeño de otros cometidos de gran importancia como su reconocidísima labor de embajador en Francia entre 1736 y 1740 –por cuyos éxitos recibió del rey el Toisón de Oro– o su abundante producción literaria, que le convirtió en uno de los autores militares más prestigiosos de su época con obras singulares como el Dictamen sobre la reforma del ejército de España.

Su vida cambia radicalmente a partir de 1749 cuando se hace cargo de la Capitanía General de Cataluña. Tuvo momentos difíciles como la revuelta del trigo de1766. Pero también tuvo la satisfacción de poder aplicar en Cataluña la política ilustrada de su buen amigo el marqués de la Ensenada promoviendo en Barcelona actividades culturales y obras de mejora urbanística o de comunicaciones. También emprende, entre 1753 y 1760, la construcción del principal ensanche de la ciudad anterior al siglo XIX, la citada Barceloneta, con la finalidad de albergar a los ciudadanos que se vieron obligados a abandonar el barrio del Raval por la construcción de la fortificación llamada la Ciudadela. Uno de los artífices de la obra, el ingeniero militar Juan Martín Zermeño, intervendrá también en los dos grandes proyectos de arquitectura militar impulsados por el marqués de la Mina, ambos en 1753: la reedificación del castillo de Montjuich y la construcción del castillo de Figueras.

Además de su valor arquitectónico e histórico, las dos edificaciones son auténticos referentes de la cultura militar española a través del museo militar albergado en el primero desde 1963 hasta 2010 y cuya futura sede será precisamente el castillo de Figueras.

Por Aurelio Valdés

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