Cuando mis buenos amigos del Circulo Ahumada me hablaron de su proyecto de publicación digital periódica, con el título de «Benemérita al día», me pareció una cosa muy acertada. Y me lo pareció por varios motivos. En primer lugar, porque las ideas, cuando son generosas y decentes, hay que defenderlas y publicarlas con claridad y persistencia. ¡Cuántas tonterías o maldades leemos cada día, casi siempre con intereses confusos!
Pero es que hay otras razones. En la actualidad, a diferencia de antaño, se vive más rápidamente, con menos sosiego. Ello es fruto de un enorme incremento poblacional que nos ha condicionado la vida y la seguridad, indudablemente, pues no es lo mismo dar de comer, vestir y alojar a cien que a cien mil. Esta complejidad logística hace florecer dos tipos de delincuencia, la común y la otra muy española: la picaresca. Hoy en día brotan los pícaros como amapolas en los trigales. Porque la delincuencia común es más sencilla de combatir, puesto que de alguna manera te cubre la ley, pero la picaresca… A veces incluso la propia ley se ampara en la picaresca. Esta es una de las consecuencias de las secularizaciones estatales, no porque eso sea malo en sí, sino porque la supresión de la moral convencional – sin otra moral que la sustituya de una manera clara y notoria – abre un portón enorme por el que se cuelan todos los pícaros con mucha facilidad. La libertad es algo maravilloso, pero en aras de la misma, se seleccionan libertades personales en detrimento de otras libertades colectivas y entonces lo bueno se torna malo.
Entidades como el Círculo Ahumada, defensoras de la decencia – en este caso en la queridísima Benemérita – tienen mucho que hacer y que decir al respecto. Por eso, el poder arrimar el hombro con ellos es un honor. Dicho honor se multiplica por mucho cuando, como es mi caso, eres militar, pues al fin y al cabo vengo en pensar lo que Calderón decía: «la milicia es religión de hombres honrados».
Recientemente, en Roma, charlaba con unos Carabinieri en un precioso museo que tienen en la piazza del risorgimento. Un poema bellísimo les calificaba como «esclavos del deber». Bien, pues otro tanto habría que decir de los Guardias Civiles, verdaderos héroes del día a día, compañeros de todos nosotros en tantos momentos de dificultad y, ¿por qué no?, de alegría también. El carácter militar de nuestra Guardia Civil facilita mucho las cosas en este aspecto, promocionando el honor y la virtud en ella, por supuesto.
Deseo que esta nueva singladura sea el inicio de una defensa del Cuerpo y, sobre todo, de una promoción de la decencia y del bien, que tanta falta nos hace a todos siempre.
Francisco Hervás Maldonado. Teniente Coronel Médico .Jefe del Servicio de Microbiología Clínica del Hospital Central de las Fuerzas Armadas – Gómez Ulla.