Teniente Coronel Balas.  U.C.O

 


 

El intento de acabar –a todo trance– con el Teniente Coronel de la Guardia Civil, Jefe de la UCO, es una de las “proezas” más indecentes de nuestro presunto estado de derecho. Evidentemente tal cosa no existe, pues esto parece ser el fin del mismo, el fin de una democracia y el comienzo de una dictadura, al peor de los estilos venezolanos o cubanos.

 

Sin embargo, esto no es ninguna novedad, pues ya en tiempos de la antigua Roma ya sucedían las actitudes dictatoriales. Simplemente nos ilustra aquella frase del historiador Tácito: “corruptissima re publica plurimae leges”, o sea: que cuanto más corrupto es el estado, más leyes dicta o crea. El número de decretos ley –sobre todo afectando a nombramientos, indultos y distribución irregular de gastos y servicios públicos– en nuestra nación, es algo más que disparatado y enorme en una nación que se define como democracia. Los nombramientos en puestos clave de gentes afines, el exageradísimo número de asesores, el intento de acabar –por cualquier vía, incluyendo la de la vida– con los opositores a su enriquecimiento personal, hace de este gobierno lo más corrupto que hemos tenido desde Fernando VII, incluyendo las dos repúblicas, que pese a ser criminales no eran tan corruptas como el estado que padecemos en la actualidad. Es indignante que se defienda la muerte de una persona por cumplir con su deber. No les vamos a dejar. Esta gente es la que de verdad se está jugando el cuello, pues cuando se inicia la violencia por parte del estado, no se sabe cómo puede terminar.

 

Debemos insistir en las palabras de los romanos. Cicerón, por ejemplo, lo dejó muy claro: “servirse de un cargo público para enriquecimiento personal resulta no ya inmoral, sino criminal y abominable”. No se puede decir más claro ni más contundente, Es evidente que hay cosas que no se deben de tolerar. Y no es la primera. Por ejemplo, sacar a la Guardia Civil de sus funciones en determinadas comunidades autónomas. Esto no lo debe hacer un gobierno justo, sin consultar previamente al Tribunal Supremo de Justicia y sin justificarlo mucho y bien. Insistimos: mucho y bien. No es un capricho jugar con la seguridad de las personas, pese a que esa función se les conceda a otras policías autonómicas no bien entrenadas y sin los suficientes medios necesarios ni la experiencia precisa. Esto no es decente.

 

Pero no somos nosotros quienes únicamente lo dicen, sino también sus propios compañeros socialistas, que los hay muy decentes y con un gran espíritu de servicio. Esta corrupción que domina a muchos de nuestros miembros del gobierno es gravísima y acabará con ellos e incluso puede generar violencia. De hecho, ya somos muy minusvalorados por la mayoría de las naciones extranjeras, incluyendo nuestros “presuntos” aliados y vecinos, La situación internacional en la que actualmente nos encontramos es, cuando menos, vergonzosa.

 

¿Qué va a ser lo siguiente, matarnos por autonomías?

 

No se puede consentir la indecencia de tratar de acabar con el Teniente Coronel Don Antonio Balas, cesándolo o matándolo. Y ya un alto cargo del Ministerio del Interior ha respondido a ello con su dimisión.

 

Váyanse ya de una vez y déjennos vivir unidos y en paz. El daño que están haciendo tardará más de medio siglo en recuperarse. Son ustedes como las aves de rapiña, pero sin su inocencia.

 

             ¡Vivan la Uco, el Teniente Coronel Balas y la Guardia Civil!

Círculo Ahumada, Amigos de la Guardia Civil.

Benemérita al día - Periódico Digital
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